Autora: Carlos Marcos Sanchez.
Por fin asoma el buen tiempo, parece que los días de tormenta en los que poco apetece calzarte unas zapatillas deportivas y salir a correr en vez de pasar una tarde de “película y manta” llegan a su fin. Cada vez vemos en las calles o en los parques más gente practicando el ya conocido “running”, término utilizado para referirse a la carrera continua, el acto por el que alternativamente los pies tocan el suelo a una velocidad mayor que al andar.
Según varios estudios, existe una evidencia de que cada día aumenta exponencialmente la gente que practica esta modalidad deportiva. Desde el ámbito de los educadores físicos, deberíamos estar de enhorabuena ya que es una buena forma de luchar contra el sedentarismo que afecta tan gravemente a la sociedad actual. Además, aporta muchos otros beneficios como la mejora en salud del sistema inmunológico, cardiovascular y pulmonar, reduce considerablemente los niveles de ansiedad y estrés, ayuda a controlar el peso y reducir el nivel de grasas (junto a una buena dieta), tonifica músculos y fortalece los huesos, mejora la conciliación del sueño, el descanso y aumenta la autoestima.
Sin embargo, se desconocen ciertos riesgos asociados a esta práctica deportiva que se deben tener muy en cuenta si queremos realizar una mejora de nuestra salud. Las lesiones más comunes atacan a las articulaciones afectando el cartílago principalmente de rodillas, pero también existen distintas lesiones comunes en pies e incluso columna vertebral debidos a los malos apoyos o errores en las posturas. Tampoco es recomendable que realicemos sobreesfuerzos, toda mejora se debe programar con un plazo lo suficientemente amplio como para no caer en lesiones y sobrecargas. Hay que tener en cuenta que el descanso es tan importante como el propio ejercicio y que debemos conocer el nivel del que partimos, el tiempo que necesitamos para alcanzar el objetivo marcado y la programación óptima que debemos seguir.
Se debe tener en cuenta una serie de pautas para reducir el riesgo de lesiones. Vamos a comenzar con la elección del calzado:
- Debemos conocer nuestros pies. Si nuestra pisada es supinadora, pronadora o neutra, de ello dependerá el tipo de zapatilla que debemos comprar. El precio no dependerá de este aspecto por lo que debes preguntar en la tienda el calzado conveniente según la pisada. Hay muchas tiendas especializadas que te hacen un estudio de la pisada, es una inversión de futuro, no debemos tomarlo a broma.
- Qué actividad vamos a realizar y durante cuanto tiempo. Además, es bueno saber elegir la superficie, variará si nos ejercitamos en asfalto, tierra o césped. Hay calzados y suelas específicos para cada uno de estos terrenos.
- Otro muy importante es la amortiguación. Existe, según las marcas y modelos, amortiguación en metatarso, en talón o en toda la suela. Si tu peso supera los 75 kg., debes saber que tus articulaciones pueden sufrir mucho el impacto y a la larga tener problemas como condromalacias rotulianas en las que el cartílago empieza a destruirse.
- Renovar periódicamente el calzado. Lamentablemente, la amortiguación no aguanta toda la vida, es necesario cambiar las zapatillas para que no pierdan su estabilidad y su capacidad de absorción al impacto.
Pero conviene no perder de vista algunos detalles más, que nada tienen que ver con el calzado:
- Es muy importante tener ropa adecuada a la temperatura exterior y a la actividad a realizar.
- Hacer un calentamiento antes de comenzar la actividad.
- Los estiramientos son un paso obligatorio en la activación y la vuelta a la calma de la actividad.
- Hidratarse antes, durante y después de la actividad.
- No conviene excederse en la duración y en la intensidad.
- Si en algún momento sientes un pinchazo o dolor, no dudes en detenerte.
- Conocer las contraindicaciones que puede tener la carrera en caso de padecer alguna lesión importante. Quizá no te impida realizar esa actividad, pero tal vez convenga cambiarla por otra de menor impacto.
Todas estas pautas, son algunas de las que debemos cuidar a la hora de practicar running. Como veis, el campo es muy amplio y, cuanto mayor sea nuestra actividad física, mayor atención debemos prestar a los materiales y a las normas que tenemos que tener en cuenta a la hora de salir a correr. Y no olvidéis que existen profesionales cualificados que os podrán realizar estudios biomecánicos, dar pautas, realizar entrenamientos personalizados con los objetivos que queréis alcanzar y sobre todo, que velarán por vuestra salud.