Autora: Maria Jose Daniel Huerta.
El cambio climático es uno de los problemas sociales que hay que afrontar de forma inmediata. Es evidente que no estamos cuidando el planeta y esto está generando consecuencias que provocan alteraciones en los ecosistemas, lo que repercute en la vida de las personas.
La comunidad científica ha dado la voz de alarma. Gracias a su labor, este tema cada vez está más presente en el día a día, pues en este momento está siendo tratado con frecuencia en los medios de comunicación y también está siendo fuente de debate en diferentes foros políticos. Ante esta situación, entendemos que la escuela debe comenzar por concienciar a los escolares para adquirir un compromiso social, puesto que la educación desempeña un cometido especial en este aspecto.
Consideramos que poner en conocimiento de los alumnos los efectos del cambio climático y la evolución de los mismos también es misión de las escuelas, ya que es un problema social que afecta globalmente. En este sentido, la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre cambio climático «Educación, Formación y Sensibilización del Público», señala que es necesario crear y fijar programas educativos que incorporen contenidos para favorecer la sensibilización sobre el cambio climático y sus consecuencias. Es imprescindible presentar la información de manera precisa y rigurosa para facilitar así la participación de los escolares y que adopten comportamientos adecuados, para lo que hay que prepararlos.
Conviene señalar que se han extendido ideas erróneas sobre este tema y algunos estudios muestran que la población en general no tiene un conocimiento profundo. Por este motivo, pensamos que desde los diferentes ámbitos educativos se tiene que intervenir, para dar a conocer algunas claves científicas básicas para entender los principales aspectos del cambio climático y crear alumnos competentes para actuar frente a este fenómeno. Así pues, los centros escolares deben proponer actividades y proyectos para motivar e implicar a los más jóvenes y que ellos mismos sean capaces de aportar propuestas para frenar este cambio.
La educación no puede adoptar una actitud pasiva frente a este problema social, tiene que proporcionar herramientas e instrumentos pedagógicos que inviten al pensamiento crítico sobre las diferentes cuestiones medioambientales. Es necesario crear una cultura para cuidar el planeta, y es conveniente que se aborde de forma conjunta e interdisciplinar, por lo que se debería trabajar desde todas las áreas y materias curriculares.
El cambio climático es algo que preocupa a nivel europeo. La UNESCO sugiere dar a este tema un papel más palpable en el ámbito educativo. El programa de Educación sobre el Cambio Climático para el Desarrollo Sostenible que propone, pretende servir de guía para entender los efectos del calentamiento global y poder mejorar conocimientos básicos sobre el clima.
Italia ya confirmado que incluirá en el currículo oficial el calentamiento global como materia para el próximo curso y se trabajará una hora a la semana. También ha informado el ministro de Educación italiano que algunas otras materias se impartirán bajo el prisma del desarrollo sostenible.
En definitiva, para crear personas comprometidas con la sociedad se debe trabajar en los centros educativos la valoración del consumo energético, apostar por la cultura baja en carbono potenciando el transporte colectivo, el uso de la bici o caminar e integrar métodos pedagógicos innovadores que impartan educación medioambiental.