Autora: Carlos Marcos Sanchez.
Hace un año aproximadamente hablamos sobre los e-Sports y cómo estaban adentrándose con fuerza en nuestras vidas. Este crecimiento ha sido exponencial y debido a ello, muchas empresas y personajes famosos han visto una oportunidad de inversión.
Seguro que ya habéis escuchado alguna vez a nuestros hijos o alumnos hablan sobre ser youtubers, streamers o bloggers y referirse a personas como Ibai, AuronPlay y elRubius y no les conozcáis aún. Pues bien, hoy nos acercamos un poco más esta realidad que ya está en el día a día de los adolescentes. Estas personas son gente real como tú y como yo que, gracias al alcance que le proporcionan las redes sociales, han conseguido mediante sus videos y sus retransmisiones en directo, muchos seguidores que llegan incluso a pagar dinero por tener más “privilegios” dentro de sus espacios, tener más opciones ó conseguir premios en sorteos que realizan… También realizan videos jugando a distintos videojuegos y contra otros jugadores. Esto, aunque parezca que es sencillo, no lo es tanto cuando estás hablando de los mejores de Europa. Por este trabajo, tienen salarios altos y gran reconocimiento. Esto impacta a los más jóvenes, ganar mucho más dinero y reconocimiento que cualquier persona con otro trabajo a base de grabar y jugar a videojuegos. Sin embargo, no es todo tan fácil como parece.
Es tal el alcance y la fama que han logrado estos streamers y estas plataformas que ya son muchos los jugadores de las mejores ligas mundiales de distintos deportes como el baloncesto, el fútbol o el fútbol americano los que están apostando por tener equipos o plataformas relacionadas con los e-sports y, sabiendo de la publicidad que son capaces de generar, constantemente alternan su vida deportiva con su vida virtual.
Y os preguntaréis, ¿qué tiene de bueno ver jugar a otras personas a la consola o al ordenador? Pues bien, es un fenómeno social en el que conocen a gente de otras partes de su país o del mundo mientras ven a ídolos jugando entre ellos a juegos que ellos mismos pueden jugar y por lo que encima les pagan grandes cantidades de dinero según los seguidores que obtengan. Sin embargo, esta plataforma y otras similares están teniendo un crecimiento tal en las nuevas generaciones que, cada vez son más los adolescentes que se crean una cuenta y que aprovechan los viajes en autobús o metro, la salida del colegio o los recreos para ver un video de sus ídolos.
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Además, cada vez crece más el uso de dispositivos en los hogares y en las aulas, bien sean tablets, portátiles, Chromebook o similares y debemos saber que hay muchas empresas que ofrecen la opción de instalar programas que prohíban o restrinjan el acceso a este tipo de contenido si así se precisa desde el control parental del hogar o desde las consolas de autogestión de la seguridad en el centro educativo.
Como otras muchas aplicaciones y redes sociales, Twich y los streamers han venido para quedarse y ya hay muchas otras empresas trabajando en copiar o crear plataformas similares que puedan añadir a sus servicios. Lo que debemos saber es qué les aporta a aquellos que se conectan y, sobretodo, si esta práctica tiene o no algún riesgo asociado.