Autora: Carmen Esparcia Arnedo
-“Ayer me gasté 90 euros en el Fortnite”
-“Pues yo estuve hasta las 3 de la mañana jugando”…
Esta es una conversación que se escuchó en los pasillos del instituto. Ante este tipo de circunstancias debemos de dar la señal de alarma, ¿mi hijo tiene adicción a los videojuegos?
No son casos aislados y es muy fina la línea que separa el hábito de la adicción. Hay videojuegos que tienen efectos beneficiosos a nivel cognitivo, pero en algunas personas se puede dar una tendencia a abusar del tiempo empleado en jugar a ellos y hay comportamientos que nos pueden hacer sospechar que nuestro hijo o hija tiene una adicción a los videojuegos, como por ejemplo:
- – Bajo rendimiento académico, pues desatienden sus obligaciones debido al tiempo invertido en el videojuego.
- – Falta de sueño, ya que no saben gestionar el tiempo que emplean en jugar.
- – Problemas de socialización o aislamiento social.
- – Estallidos de ira si entorpecemos, limitamos o quitamos su juego, lo que a su vez, les lleva posteriormente a mentir sobre el tiempo que emplean en ello.
- – Problemas posturales, falta de ejercicio físico e incluso descuido de su higiene personal.
– Además, se pueden dar conductas alarmantes como los robos o empleo de tarjetas de crédito de los progenitores en los videojuegos de pago.
La detección de este fenómeno es de gran importancia, pero la prevención nos puede ahorrar muchos disgustos. Hay muchos mecanismos de actuación por los que podemos prevenir que los niños o adolescentes se enganchen a estos videojuegos. ¿Qué podemos hacer?:
- – No dejar solos a los hijos en casa y, si es posible, dedicarles tiempo por las tardes, ya que muchos de estos comportamientos se realizan por la falta de supervisión.
- – Pactar con ellos el uso del ordenador y desconectar el wifi por las noches.
- – No comprar videojuegos nuevos para evitar generar nuevos estímulos si vemos que el tiempo de juego es excesivo.
- – Conocer los círculos sociales en los que se desenvuelve nuestro hijo, ya que la probabilidad de que una persona sea adicta se relaciona con procesos psicológicos básicos de aprendizaje y socialización, así como con el contexto social y cultural que lo rodea.
- – Pero la mejor manera de prevenirlos es ocupando su tiempo en algo que les motive más, es decir, suscitar un cambio en su estilo de vida y promover otro tipo de actividades que les resulte interesantes. Y ¿por qué no engancharles a un deporte?
Sabemos que el sedentarismo es un factor de riesgo a tener muy en cuenta. Los programas deportivos tienen gran protagonismo en el tratamiento de adicciones, pero también como instrumento de prevención, con lo que resulta conveniente actuar antes de encontrarnos con ciertos indicadores que nos puedan resultar preocupantes. Los beneficios de la actividad física a nivel cognitivo, físico y social son múltiples y, cuando hablamos de adicciones, podemos hablar de beneficios a nivel psíquico. Así, realizar ejercicio:
- – Aumenta la fuerza de voluntad y autocontrol, además de una mayor sensación de independencia.
- – Disminuye la ansiedad y el estrés.
- – Produce una sensación de bienestar, el carácter mejora y se produce un aumento de la autoestima.
- – La adquisición de rutinas lleva a un mayor orden personal, mejores hábitos de sueño y regulación de sus horas de sueño.
- – Mejora la tolerancia a la frustración y se da una mejor respuesta ante los miedos o decepciones.
- – El trabajo en equipo enseña en la asunción de responsabilidades y a controlar sus emociones.
- – …
Y un largo etcétera. Los adolescentes son especialmente sensibles a tener una adicción, pues se ha comprobado que en este período se da un aumento en la densidad de receptores de dopamina, que es un neurotransmisor asociado a la curiosidad y la búsqueda de lo novedoso. Es decir, por encima de las posibles consecuencias negativas, valoran en mayor medida el premio recibido.
¿Cómo podemos aprovechar esta mayor implicación del “sistema de recompensa cerebral”? En las clases de Educación Física ya se utiliza la gamificación para trabajar los contenidos, una metodología basada en este sistema de recompensa, con el fin de aumentar su motivación. Además, existen multitud de aplicaciones deportivas gratuitas (Endomondo, Niketraining, Runtastic, Runkeeper…) que si les enseñamos a utilizarlas con responsabilidad son una buena ayuda para saber gestionar su tiempo libre a la vez que se satisface su necesidad de ser galardonados.
Sin embargo, no es conveniente abusar de este sistema ya que en el contexto real no siempre se gana y basarnos solo en recompensas puede, a largo plazo, provocar baja resistencia al fracaso.