Autora: Carlos Marcos Sanchez.
Hoy voy a hablar de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y de las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (TAC) en relación con la Educación Física y su aplicación.
En un artículo anterior os hablé de los e-sports y como se han afianzado en nuestra sociedad. Las ratios de espectadores son impresionantes, las cantidades desorbitadas de dinero que mueven y que les han hecho merecedores de tener varios canales propios de televisión en los que se pueden seguir las grandes ligas debido a la gran expectación que generan son un buen punto de partida para tratar el tema de hoy, la tecnología en Educación Física.
Algunos compañeros ven una temeridad la inclusión de la tecnología en las clases de Educación Física por la carga intrínseca que históricamente se le ha dado al ordenador respecto al sedentarismo, pero debemos ser conscientes de la fuerza que están cogiendo las TIC en nuestras aulas, así como ser lo suficientemente críticos para saber escoger aquello que nos aporta beneficios en nuestras clases y desechar aquello que, efectivamente, promueve el sedentarismo.
Probablemente estemos ante uno de los mayores cambios de la historia: el nacimiento y la incorporación de internet a nuestras vidas y el avance tecnológico que supone, pero también la dependencia que ha creado en nosotros en cuanto a dispositivos móviles se refiere.
Estamos en la sociedad de los millennials, ahora ya no se habla por teléfono, se mandan WhatsApp. Ya no nos hacemos fotos y las tenemos que revelar para mandar a un familiar, ahora nuestro móvil hace fotos impresionantes, con filtros excelentes y las podemos compartir con millones de personas con un simple toque de botón, ahora ya no se persigue tanto el sueño de ser médico, astronauta o piloto, ahora se persigue el sueño de ser un youtuber o instagramer. Sí, nuestros niños de hoy en día son nativos digitales y ante esto debemos responder como docentes capacitados, seamos del área que seamos.
Nuestra vida se encuentra en internet, incluso sin estar presente en las redes sociales, y puede que sin que lo sepamos. Información personal, compras online, portal del empleado, informes médicos, fotos que sube algún familiar, conversaciones por WhatsApp, registro de GPS en nuestro dispositivo móvil, etc.
Ya no es opcional incorporar nuevas estrategias en nuestra labor docente aprovechando estos recursos. Si nos ceñimos a la ley, el currículo nos habla de competencia digital, de hecho, le da el mismo peso que a la competencia matemática o lingüística. Incluso en el RD 126/2014, del 28 de febrero, se establece un objetivo en Educación Primaria en el que se propone “Iniciarse en la utilización, para el aprendizaje, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación desarrollando un espíritu crítico ante los mensajes que reciben y elaboran”.
Y con esto no pretendo ni creo que, como docentes, tengamos que modificar todas las programaciones presionados por las TIC de hoy para mañana, pero sí es conveniente que nos concienciemos de que han llegado para quedarse, que tienen un potencial enorme para lo bueno y para lo no tan bueno, pero las TIC tienen que estar al servicio del proceso de enseñanza-aprendizaje para mejorarlo y potenciarlo, y no al revés.
Los inicios fueron muy duros y era casi imposible asociar las TIC a nuestra asignatura y ¿por qué? Pues bien, los ordenadores necesitaban cableado, los portátiles eran pesados y la batería poco duradera y la red wifi, de haberla, era a velocidades irrisorias.
Actualmente contamos con una gran mejoría en redes móviles, incluso nuestro propio móvil puede ser un router portátil. Además, los dispositivos tardan cada vez menos en cargarse y su autonomía es mayor, los materiales son ligeros a la vez que resistentes a golpes, agua y salpicaduras e incluso hay opciones para no trabajar conectados a ninguna red.
Basándome en mi propia experiencia, os he de decir que utilizo una tablet como compañera de mis clases y es cierto que mi centro tiene una buena dotación de red wifi en algunos puntos del patio y el gimnasio, pero bastantes veces he tenido que poner mi móvil en modo router para poder utilizarla. La tablet me ha generado una ganancia en tiempo y he simplificado mi tarea como profesor que, con tanto papeleo que tenemos que realizar hoy en día, es una gran ayuda para preparar mis clases del día siguiente.
Utilizo este dispositivo porque me ayuda a transmitir mensajes de manera más significativa, soy usuario de aplicaciones como Additio o iDoceo cuya función es la de cuaderno de aula, me ayuda como pizarra en momentos puntuales, podemos visionar danzas, malabares o elegir alternativas en posiciones de acrosport. Es una herramienta que permite que los alumnos se autoevalúen, nos facilita la visualización y corrección de fallos, favorece la posibilidad de contrastar impresiones con el grupo que lleven a la reflexión, nos pueden ayudar a conseguir mayor autonomía en nuestros alumnos mediante la gamificación…
Como he indicado anteriormente, me he centrado en algunos de los usos que yo hago del dispositivo, pero todo dependerá de los recursos con los que se cuente pues esto irá en función del número y del tipo de dispositivos con los que se cuente, de la opción de uso de aplicaciones con GPS o de la conectividad del centro.
Para concluir, quiero resumir este artículo en varios ítems para que podáis valorar si son aptos o no para la aplicación en vuestro día a día:
– Las TIC forman parte del proceso de enseñanza-aprendizaje por ello debemos potenciar su uso, para que nos facilite nuestra tarea y llegue al mayor número de alumnos.
– Los dispositivos actuales tienen todo lo necesario para ser compatibles con la Educación Física.
– No se necesitan grandes recursos para ir incorporando las TIC a nuestra asignatura.
– Las TIC/TAC son una propuesta “obligatoria” desde la administración por lo que no podemos ignorarlas y sí debemos aplicarlas.