Autora: Olga Rodriguez Borrego.
Todos los caminos llevan a Roma, dice el refrán; este dicho lo podríamos aplicar también a Santiago, “Todos los Caminos llevan a Santiago” y es que Caminos de Peregrinación hay muchos, y aunque el más conocido es el Camino Francés, a lo largo de los siglos y avatares de la historia han sido utilizados otros camino que hoy, gracias a historiadores y aficionados, se descubren, señalizan y promocionan como rutas alternativas.
Hoy nos detendremos en uno de ellos el llamado Camino Olvidado o Viejo Camino de la Montaña que en los últimos años gracias a asociaciones y voluntarios, se está dando a conocer como una alternativa más al Camino Francés.
Este camino es una de las rutas jacobeas más antiguas; estuvo activo durante los siglos IX al XI y fue una de las rutas más importantes en esta época, siendo conocido como “El Camino de la Montaña” hoy es conocido como Viejo Camino Olvidado o simplemente Camino Olvidado
Este camino surgió como necesidad de buscar un camino alternativo ya que en los tiempos de guerra que corrían, en el periodo de la reconquista española de las tierras invadidas por los musulmanes los peregrinos caminaban temerosos, esto, unido a la dificultad que tenía el camino de la costa, llevó a buscar una ruta más fácil y segura; así surgió “el camino de la montaña”, atravesando la cordillera cantábrica para llegar a un terreno de baja montaña.
Este camino cayó en desuso, tras la reconquista de la Meseta Norte y la consolidación de la frontera con los musulmanes al sur del Duero, el rey Alfonso VI ayudado de los monjes de Cluny decidieron promover el uso de una ruta alternativa situada algo más al sur. La intención de este uso no era más que agilizar y facilitar el tránsito de peregrinos y del comercio. Fue así como se impulsó la ruta, conocida a día de hoy como el Camino Francés, y se fue abandonando la antigua ruta quedando en obsoleto el Viejo Camino.
El Camino Olvidado inicia su trazado en Bilbao, donde se separa del Camino del Norte que viene desde Irún trazando desde ahí una ruta diferenciada. Se divide en 18 etapas desde Bilbao a Villafranca del Bierzo donde se une al Camino Francés. Es a partir de la cuarta etapa donde entramos en Castilla y León, a través de tierras burgalesas cuatro etapas, pasando por Espinosa de los Monteros, Pedrosa de Valdeporres, Llano y Olea, hasta llegar a tierras Palentinas por Aguilar de Campoó, Cervera de Pisuerga, Santibáñez de la Peña y entrando a León por Puente Almuhey, para atravesar la provincia por zonas de media y alta montaña, Cistierna, donde se cruza con el camino Vadiniense, Boñar, La Robla, La Magdalena, Fasgar, Colinas del Campo de Martín Moro, Cacabelos y Villafranca del Bierzo.
El Camino está lleno de tradición, historia y restos arqueológicos y civiles, los puentes para atravesar los múltiples ríos que jalonan el camino son destacables; el puente de Puente Almuhey, Puente Viejo (Boñar),Puente Mayor y Portazgo (Aguilar de Campoo), así como torreones y palacios como el de los Toledo en Villafranca del Bierzo, y restos religiosos de estilo románico como el monasterio de Santa Cecilia (Aguilar de Campoo), el Monasterio de Santa María la Real (Aguilar de Campoo), góticos, el Retablo de San Nicolás (Espinosa de los Monteros), la Iglesia de la Asunción (Pisón de Castrejón) y otros restos renacentistas y barrocos, como la Torre de la Colegiata de S. Miguel (Aguilar de Campoo), el Retablo herreriano de la ermita de Celada (La Robla) o la Colegiata de Santa María (Villafranca del Bierzo), el Santuario Nª Sra. de Pandorado, o la Ermita de la Cruz (Cervera de Pisuerga)entre otros.
Al destacado patrimonio cultural del Camino Olvidado se une un patrimonio natural privilegiado; el camino atraviesa paisajes donde la única compañía son los campos de los pájaros y el murmullo del viento, la autenticidad de pueblos y parajes donde la huella del hombre es testimonial hacen del Camino Olvidado una experiencia diferente.