Autora: Carmen Esparcia Arnedo
Una de las mayores aportaciones de los Juegos Olímpicos son los valores que transmiten y que podemos integrar en cualquier aspecto de nuestra vida. En ellos, hemos podido ver una vez más cómo muchos deportistas nos enseñan a hacer posible lo imposible, a persistir, a superarse… a no rendirse.
Y precisamente los valores del olimpismo son su seña de identidad. El movimiento olímpico fue fundado por Pierre de Coubertin, donde se concebía el deporte como un medio de unión entre comunidades, se sustentaba en la creación de un estilo de vida basado en “la alegría del esfuerzo, el valor del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos fundamentales universales” (Carta Olímpica, 1997), y se construía bajo el paraguas de 3 valores fundamentales: la excelencia, la amistad y el respeto.
Pero podemos extraer muchos más: la superación, la perseverancia, la fuerza de voluntad, la constancia, el juego limpio, la justicia, la solidaridad, el compañerismo, la honestidad, la responsabilidad social, la no discriminación, la multiculturalidad o la igualdad.
La enseñanza de estos valores bien puede trasladarse al aula. Para ello, podemos mostrar a los estudiantes ejemplos de las actuaciones de distintos deportistas y destacar el valor que nos transmiten. Aquí los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han supuesto un mensaje de unión y nos ha brindado numerosos momentos inspiradores:
– La valentía de Simon Biles al renunciar a la final de diferentes pruebas de gimnasia artística, poniendo en primer lugar su salud mental. Un aprendizaje que es para todos.
– El gran ejemplo de nobleza competitiva que nos mostraron Mutaz Essa Barshim y Gianmarco Tamberi al compartir el oro en la prueba de salto de altura.
– El compañerismo que mostraron Isaiah Jewett y Nijel Amos cuando cayeron al suelo durante la carrera de 800m y se ayudaron mutuamente, corriendo juntos hasta la meta.
– El espíritu de lucha y la constancia de la atleta Yulimar Rojas, que hizo historia al batir el récord olímpico y mundial en el salto triple femenino, sueño que comenzó en un barrio humilde de Venezuela.
– O la tenacidad de deportistas como Momiji Nishiya (skateboarding), q con tan solo 13 años es una de las medallistas de oro más jóvenes de la historia.
Los Juegos Olímpicos son mucho más que una competición.
Son una fuente de inspiración, un ejemplo de inclusión y un impulso a la superación personal, donde todos tienen cabida: hombres, mujeres y una gran diversidad funcional y cultural.
¿Qué otros valores destacarías?