UNA REFLEXIÓN SOBRE LO QUE ES «ETICA PROFESIONAL».

02 OCTUBRE 2019 01

  Autora: Rosa Fernández Pérez.

           

El compromiso ético se enmarca en la aportación que pueda hacer el profesional

para elevar el grado de humanización de la vida social.

Difíciles palabras en el mundo actual. Ya dice Adela Cortina (2000). “la profesión va más allá de una ocupación que permite obtener ingresos y estatus social, puesto que en realidad es una práctica social que adquiere su verdadero sentido y significado en el bien o servicio que proporciona a la sociedad”.

            Está claro, o debería estarlo, la idea de que la profesión se adquiere por una serie de conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas, que dan la posibilidad de ejercer un determinado tipo de trabajo. Si a estas aptitudes les unimos la palabra “ética”, la dimensión de la profesión se une a otro terreno muy diferente. Las principales características que unen a la profesión la palabra “ética” son: compromiso y responsabilidad.

            El profesional ético no es aquel que realiza de forma automática y continuada su labor, sin tener en cuenta ningún aspecto de la persona o personas que tiene delante. Debe tener un compromiso, es decir, una preparación adecuada al trabajo que ejerce, habilidades y capacidades para ejercerlo y con el sentido crítico suficiente para saber cuál es lo que “conoce y domina” y todo aquello que “desconoce o no domina”. A un profesional no se le pide que entienda de todas las materias, pero si, que reconozca y asuma hasta dónde llegan sus límites.

            Piense en un profesional de la fisioterapia, por ejemplo, que le dice su diagnóstico y añade. “Vd. no se preocupe que esto se lo puedo curar sin problema”, pero, con el paso del tiempo, Vd.  se da cuenta que su malestar no mejora. Ahora imagínese otra persona de esta misma profesión que le dice su diagnóstico y continúa: “Yo le trato este problema, pero si en algún momento veo que no puedo llegar más allá o que no nota mejoría, yo mismo se lo diré y va a otro especialista”. Piense quién de los dos le gustaría que le tratara su dolencia.

            Quizás lo que ocurre es que no se escucha a la persona que hay delante, su malestar, que es lo que le sucede. Prestando atención sería la única manera de ayudarle a mejorar. De la otra forma, estaría el profesional resolviendo “el tema que él conoce”, no lo que realmente le ocurre al paciente.

            La otra faceta característica del profesional ético es la responsabilidad. Esta conducta significa que el profesional desarrolla al máximo y de modo excelente su trabajo. No significa sólo que lo realicen de forma eficaz, sino que sus habilidades profesionales van dirigidas a lograr una satisfacción de la población. 

            En este marco de análisis de la ética profesional, se ha visto que lo que verdaderamente distingue a este tipo de profesionales es la el asumir que su trabajo tiene unas consecuencias y el fin último de las mismas es el favorecer al individuo y a la sociedad.

Si el ejercicio de una profesión no busca lograr el bien común, únicamente buscará el beneficio personal. Se estaría hablando de expertos con objetivo claro de humanidad, no la búsqueda de un beneficio personal (ganar más dinero, el reconocimiento personal, el poder, …).  Si esto no fuera así, la población podría ser una de las instancias que debería exigir el respeto hacia ella. Si esto no fuera suficiente, la ciudadanía debería asumir también, sus propias responsabilidades y participar directamente en los campos necesarios reclamando la “altura ética y moral” que desean en los profesionales. La sociedad civil, con su actuación, será la que irá determinando los valores y principios éticos que vayan rigiendo la sociedad.

La ética profesional no debe ser un conjunto de normas, obligaciones y prohibiciones, sino que debería tener un horizonte amplio: en el sentido social y en la razón de ser de la profesión.

Tanto si somos sociedad civil como profesionales, o, si somos ambas cosas, tenemos una importante labor que realizar, y está en nuestras manos. La gobernabilidad de una sociedad más cívica debe tener un grado de participación de la ciudadanía para poder encaminar su propio destino.

2 ENER 2022
Un compromiso para la sostenibilidad

ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA

ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA.

Autora: Rosa Fernández Pérez.

   

En la actualidad hablar de economía social, parece una invención más que una realidad. El término hace pensar en una economía distanciada del logro de una rentabilidad monetaria.  A pesar de la percepción del vocablo, este tipo de economía existe y está regulada en una norma. La ley la define como el conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos (artículo 2 de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social).

Por tanto, esta economía está formada por empresas y entidades que realizan actividades en el ámbito privado, pero con características diferentes a las llamadas empresas del capital. Son “una forma diferente de hacer empresa”. Esta diferencia se manifiesta en su compromiso fundacional con una serie de valores y principios de actuación que constituyen su lógica organizativa y su actividad empresarial en base a los siguientes elementos: a) una clara preeminencia de las personas sobre el capital; b) la apuesta por la autonomía y democracia en la gestión; c) la solidaridad (interna y externa) y; d) la prioridad del servicio a sus miembros y a la comunidad por encima de la consecución de beneficios (Monzón, 2003; Chaves et. al, 2003).

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1 Nov 2021 1
Un compromiso para la sostenibilidad

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

Autora: Rosa Fernández Pérez.

   

                                                           “La Tierra ofrece lo suficiente como para satisfacer lo que cada hombre necesita, pero no para lo que cada hombre codicia” (Gandhi)

El libro de Sergio del Molino ha dado nombre a amplias zonas de la España interior: “la España vacía”, y también ha avivado la discusión política, social y económica sobre la pérdida de población de las zonas rurales. Un medio rural que supone el 80% del territorio español, pero en él solo vive el 20% de la población, y esa cifra va en descenso[i]. Cifras alarmantes que han llevado a  hablar de la “no rentabilidad económica” de ciertos servicios en los pueblos, como la sanidad, educación, transporte público, etc…

Históricamente, desde los años 50 y 60 con el comienzo de la industrialización, en España comenzó el proceso de despoblación del mundo rural, que produjo un desplazamiento progresivo de personas de los pueblos a la ciudad. En un primer momento, las ciudades se construyen para albergar a trabajadores de las nuevas fábricas e industrias, construyendo para ello, bloques de viviendas rápidas y en vertical, para alojar a la mayor cantidad de personas posibles en el menor espacio. Construcciones y formas de diseño de viviendas y edificios que favorece una vida urbana generadora de desinterés por lo que le sucede al otro (Luja y otros, 2014).  Estas aglomeraciones de población en núcleos urbanos pasan a convertirse en residencias para ciudadanía que debe producir, además de lugares que favorecen el aislamiento de las personas, la insensibilidad en todo aquello que no sean intereses personales y la desafección de lo público (Camps, 1993).

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4 mayo 2021
Un compromiso para la sostenibilidad

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA.

 

Autora: Rosa Fernández Pérez.

    La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes

 (John Lennon)

Vives en un mundo organizado, o al menos, eso crees. Todo tiene sus leyes, sus espacios, su simbología y así te sientes sereno, porque este “aparente” orden te ofrece tranquilidad. Aunque existan tormentas, terremotos, enfermedades, … ansias el equilibrio que desprende la inercia de lo conocido. Esta distribución del orden se establece desde el mundo de lo material. Así, te sientes sereno con tus sitios de ocio, tus lugares de compra, tu nuevo móvil, tu nuevo traje, …; y el consumir y ver a personas por las calles te da la sensación de alegría y de progreso.

 Este progreso alimentado desde el capital, parece que te reporta grandes beneficios materiales, pero no piensas en todas las desventajas sociales que van asociadas a él. Los valores culturales y sociales, el valor de la sabiduría, el cuidado del pensamiento, del conocimiento y los grandes pensamientos filosófico, han sido suplantados por un sistema racional, que generó, lo que Weber[1]  llamó “desencantamiento” del mundo. 


[1] Weber, Max (1864-1920), fue un sociólogo, filósofo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública,

  

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