ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA

2 ENER 2022

  Autora: Rosa Fernández Pérez.

         

En la actualidad hablar de economía social, parece una invención más que una realidad. El término hace pensar en una economía distanciada del logro de una rentabilidad monetaria.  A pesar de la percepción del vocablo, este tipo de economía existe y está regulada en una norma. La ley la define como el conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos (artículo 2 de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social).

Por tanto, esta economía está formada por empresas y entidades que realizan actividades en el ámbito privado, pero con características diferentes a las llamadas empresas del capital. Son “una forma diferente de hacer empresa”. Esta diferencia se manifiesta en su compromiso fundacional con una serie de valores y principios de actuación que constituyen su lógica organizativa y su actividad empresarial en base a los siguientes elementos: a) una clara preeminencia de las personas sobre el capital; b) la apuesta por la autonomía y democracia en la gestión; c) la solidaridad (interna y externa) y; d) la prioridad del servicio a sus miembros y a la comunidad por encima de la consecución de beneficios (Monzón, 2003; Chaves et. al, 2003).

Estas formas de organizar la vida y el trabajo existen porque la economía capitalista, como representante hegemónico en la sociedad, no es la única forma de organizar la distribución, el trabajo y la vida de las personas. Estas empresas de la economía del capital tienen como objetivo maximizar el beneficio monetario sin tomar en consideración la destrucción de valores de las personas, ni la pérdida de recursos naturales, ni la destrucción de biodiversidad, ni la ventaja de un trabajo que atienda las situaciones personales de los trabajadores, ni cualquier manera de atención personal. Este modelo económico se rige por un beneficio privado concentrado en manos de “pocos ricos”, que si están contentos invertirán en nuevos puestos de trabajo para seguir repitiendo el modelo. Estas empresas se rigen por balances financieros e indicadores económicos sin considerar la solidaridad, lo social, lo ecológico ni lo democrático. Los trabajadores de las empresas están en una situación de subordinación sobre las necesidades de la entidad, que no considera la autonomía y la potencialidad creadora de las personas. El trabajador está desvinculado de sus procesos laborales y se convierte en un mero ejecutor, sometido a unos niveles de rentabilidad marcados por la propia empresa. Sin olvidar que esta rentabilidad se mide exclusivamente desde un punto de vista economicista. Todo ello a cambio de un precio (salario) que, puede o no, ser suficiente para su una vida digna.

La prioridad de las actividades económicas es la sostenibilidad de la vida, entendida como satisfacción de las necesidades humanas, materiales y afectivas en un entorno de vida ambiental sostenible. Esta prioridad es la base de la economía social, pero no así de la economía de la capital que, claramente, está liderada por un consumismo exorbitante y una acumulación de capital en pocas manos. Esto se puede analizar en los parámetros de medir que utiliza una y otra economía. La economía social afronta los aspectos como la creatividad, las relaciones personales, el bienestar personal, la libertad, etc., cuestiones que la economía del capital no contempla.

Con la reflexión anterior se ha de tener claro, tal como cuestiona Yayo Herrero (2014), que las personas presentan dos dependencias materiales ineludibles que paradójicamente aparecen invisibilizadas dentro de los esquemas teóricos de la economía del capital. En primer lugar, se depende de la naturaleza, pero en la vida actual no solo se vive de espalda a ella, sino que además se la explota desmesuradamente. En segundo lugar, la interdependencia es un rasgo fundamental del ser humano. Dependemos del tiempo de trabajo que otras personas nos dedican durante todo nuestro ciclo vital, y nuestra vida se desarrolla al margen de esta necesidad de las demás. Si la vida depende de la naturaleza y de las demás personas, la economía también tiene estas dependencias.

Para concluir esta reflexión, se delimitan los principios de la economía social que se realizó en 2002 por sus propios protagonistas en la Carta de Principios de la Economía Social, promovida por la Conferencia Europea Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones. Los principios son:

  • Primacía de la persona y del objeto social sobre el capital.
  • Adhesión voluntaria y abierta.
  • Control democrático por sus miembros
  • Conjunción de los intereses de los miembros usuarios y del interés general.
  • Defensa y aplicación de los principios de solidaridad y responsabilidad.
  • Autonomía de gestión e independencia respecto de los poderes públicos.
  • Destino de la mayoría de los excedentes a la consecución de objetivos a favor del desarrollo sostenible, del interés de los servicios a los miembros y del interés general.
 

1 Nov 2021 1
Un compromiso para la sostenibilidad

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

Autora: Rosa Fernández Pérez.

   

                                                           “La Tierra ofrece lo suficiente como para satisfacer lo que cada hombre necesita, pero no para lo que cada hombre codicia” (Gandhi)

El libro de Sergio del Molino ha dado nombre a amplias zonas de la España interior: “la España vacía”, y también ha avivado la discusión política, social y económica sobre la pérdida de población de las zonas rurales. Un medio rural que supone el 80% del territorio español, pero en él solo vive el 20% de la población, y esa cifra va en descenso[i]. Cifras alarmantes que han llevado a  hablar de la “no rentabilidad económica” de ciertos servicios en los pueblos, como la sanidad, educación, transporte público, etc…

Históricamente, desde los años 50 y 60 con el comienzo de la industrialización, en España comenzó el proceso de despoblación del mundo rural, que produjo un desplazamiento progresivo de personas de los pueblos a la ciudad. En un primer momento, las ciudades se construyen para albergar a trabajadores de las nuevas fábricas e industrias, construyendo para ello, bloques de viviendas rápidas y en vertical, para alojar a la mayor cantidad de personas posibles en el menor espacio. Construcciones y formas de diseño de viviendas y edificios que favorece una vida urbana generadora de desinterés por lo que le sucede al otro (Luja y otros, 2014).  Estas aglomeraciones de población en núcleos urbanos pasan a convertirse en residencias para ciudadanía que debe producir, además de lugares que favorecen el aislamiento de las personas, la insensibilidad en todo aquello que no sean intereses personales y la desafección de lo público (Camps, 1993).

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4 mayo 2021
Un compromiso para la sostenibilidad

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA.

 

Autora: Rosa Fernández Pérez.

    La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes

 (John Lennon)

Vives en un mundo organizado, o al menos, eso crees. Todo tiene sus leyes, sus espacios, su simbología y así te sientes sereno, porque este “aparente” orden te ofrece tranquilidad. Aunque existan tormentas, terremotos, enfermedades, … ansias el equilibrio que desprende la inercia de lo conocido. Esta distribución del orden se establece desde el mundo de lo material. Así, te sientes sereno con tus sitios de ocio, tus lugares de compra, tu nuevo móvil, tu nuevo traje, …; y el consumir y ver a personas por las calles te da la sensación de alegría y de progreso.

 Este progreso alimentado desde el capital, parece que te reporta grandes beneficios materiales, pero no piensas en todas las desventajas sociales que van asociadas a él. Los valores culturales y sociales, el valor de la sabiduría, el cuidado del pensamiento, del conocimiento y los grandes pensamientos filosófico, han sido suplantados por un sistema racional, que generó, lo que Weber[1]  llamó “desencantamiento” del mundo. 


[1] Weber, Max (1864-1920), fue un sociólogo, filósofo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública,

  

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3 MARZO 2021
Un compromiso para la sostenibilidad

MIRA DETRAS DE LA PUERTA.

MIRA DETRAS DE LA PUERTA.

 

Autora: Rosa Fernández Pérez.

     

 

Hace años que la concepción de las empresas ha cambiado. Su definición puramente económica ha desaparecido, para dejar paso a la consideración de empresas como entes sociales. Es claro que estas entidades juegan un rol social, ya que crean productos para la ciudadanía, utilizan los servicios de la sociedad como es su mano de obra, adquiere materias primas que pertenecen a todos los individuos, participan en la vida diaria de un lugar y deciden sobre cuestiones que tienen consecuencias en la vida cotidiana de las personas.

 

Esta corriente de pensamiento que está instalada actualmente, se refiere a un conjunto de responsabilidades empresariales, que van más allá de lo puramente económico. Archie Carroll, en 1979, determinó que las responsabilidades de los negocios abarcan las expectativas económicas, legales, éticas y filantrópicas. Este fundamento ético en la actuación de las empresas debe tener en consideración a todos los grupos de interés (Freeman, 1983). Esto grupos de interés son “aquellas personas o grupos que pueden incidir en los objetivos de la empresa o verse afectado por las operaciones de la misma” (Freeman, 1983). Algunos ejemplos de grupos de interés de una empresa son, los consumidores, proveedores, medio ambiente, ciudadanos, trabajadores, entre otros.

 

 

   

 

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