Autora: Rosa Fernández Pérez.
“El valor del dinero no está en el dinero mismo, sino en las personas que lo usan, en las relaciones que favorece, en el bien común que crea”
(Biggeri, 2014, “El valor del dinero”).
En este artículo se analiza la Asociación Fiare CyL, presente en esta Comunidad Autónoma y que tiene el objetivo de promocionar el “emprendimiento social” mediante el apoyo económico articulado dentro de un modelo de cooperación en red. La pretensión de esta asociación es la de captar recursos financieros a través de un modelo de “financiación social”, del que se hablará más adelante. Esta organización se constituye a través de personas dispuestas a apoyar la economía social y solidaria. Su objetivo es el de acercar a demandantes de fondos con ahorradores comprometidos en este tipo de economía.
Este término de “economía social y solidaria”, se refiere a aquella que antepone a las personas frente al beneficio económico, que garantiza una participación democrática en la toma de decisiones, que promueve la actividad comercial a escala local, que respeta el medio ambiente y promueve la solidaridad mutua.
Esta red, nacida desde la ciudadanía civil organizada, impulsa, dentro de la economía social y solidaria, el empleo, la financiación de proyectos y la compra de bienes y servicios que provienen de este tipo de mercado. Sus principales baluartes son, la base social y su organización de forma democrática. Nace con varios fines, según se estipula en sus Estatutos, siendo uno de ellos el de “apoyar el desarrollo en la Comunidad de Castilla y León de Fiare, Banca Ética, además de sensibilizar y colaborar en la consolidación de dicha banca”[1].
Lo que pretende esta Asociación, dentro del modelo de “financiación social”, es potenciar la ética en la utilización del dinero y apoyar los instrumentos de financiación que sitúan a las “personas” en el centro de la economía. Según esta Asociación “El ejercicio del derecho al crédito sitúa al dinero como instrumento de relaciones más democráticas justas y solidarias” (Memoria Fiarecyl, 2016).
En la actualidad, la financiación realizada dentro de las entidades que componen el sistema financiero, ha dejado de ser un instrumento de desarrollo de la vida para convertirse en un foco de especulación. Desde la ética de las inversiones, que promulga esta Asociación Fiare CyL, se quiere contrarrestar esta corriente y devolver la idea del dinero a su función inicial, ser un intermediario, y no un fin en sí mismo. La financiación ética, dentro de su filosofía del dinero, respalda el concepto de “derecho al crédito” consistente en priorizar la posibilidad de que toda persona pueda contar con los recursos financieros necesarios para lograr su “proyecto de vida”.
La Asociación tiene, como ya se ha analizado anteriormente, entre sus misiones y fines, el de “desarrollar útiles financieros alternativos que apoyen el desarrollo de la economía social y solidaria”. Para conseguir estos objetivos utiliza las denominadas, “ayudas reintegrables”.
Se consideran “ayudas reintegrables” a aquella forma de prestar dinero fuera del circuito comercial y normalizado de las finanzas. Consiste en prestarse dinero entre particulares, desde la esfera de la confianza mutua y el compromiso con otro tipo de economía. Esto se traduce, en sentido práctico, en impulsar las relaciones de cercanía entre el que produce, el que financia y el que consume. Se trata, por tanto, de organizar redes que beneficien a todo el colectivo de personas y a los negocios que desarrollan como parte de su vida. La idea es la colaboración y cooperación, porque todos tienen el mismo objetivo y comparten los mismos valores.
La parte ética es decisiva en este tipo de negocios, por eso, existen unas actividades que se apoyan financieramente y otras que se excluyen. Algunas de las que se apoyan son:
- eficiencia energética y energías renovables
- medio ambiente: gestión de residuos, reciclado de materias primas, producciones eco-compatibles;
- agricultura de proximidad: producción y comercialización de productos orgánicos (ecológicos); fomento de canales cortos de comercialización, grupos de consumo y procesos de soberanía alimentaria; comercio justo;
- animación sociocultural: educación, cultura, deporte, centros juveniles, etc.;