Autora: Rebeca Carazo Martín.
Todos los días sale el sol, pero son muchos, demasiados, los países donde las puestas de sol son diferentes; esto nos viene a indicar la dureza con la que viven miles de personas en todo el mundo, las cuales deben dejar sus países de origen en busca de un nuevo sol, donde éste brille sin olor a pólvora, renunciando a su hogar con todos los recuerdos de una vida truncada por el poder que el capitalismo ejerce en todos nosotros.
Es necesario revisar la Ley para conocer la importancia que tiene este tema. Por este motivo, el 4 de diciembre de 2000 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 55/76 decide que, a partir del año 2001, el día 20 de junio sea el Día Mundial de los Refugiados.
Esta entidad nos habla de “un mundo donde la violencia obliga a miles de familias a abandonar sus hogares para salvar sus vidas. Es el momento de demostrar que todos estamos con los refugiados #ConLosRefugiados”
Nosotros, como voluntarios no decidimos cuándo marcar este día en el calendario, solo anhelamos que éste no tuviera que celebrarse. Por este motivo y llegado a este punto, me gustaría poder darle voz a un grupo de mujeres bajo la dirección del salesiano D. Juanjo Ruiz que trabajan los 365 días del año. Su única meta es poder aliviar el hambre, dar cariño, mitigar el sufrimiento provocado por la falta de un hogar, de pertenencia, etc.
Por ello, es necesario definir el contexto donde se desarrolla la labor que realizan estas voluntarias, situado en un barrio humilde de la localidad de León, en un pequeño local adherido a la parroquia de San Antonio de Padua, bajo la supervisión de Cáritas Diocesana y Cáritas Parroquial. Para conocer el trabajo que hacen estas mujeres todas las semanas, con todas aquellas personas que, sin importar su raza, sexo o condición religiosa, es necesario abrir las puertas de su parroquia y adentrarnos en los valores que ellas nos transmiten, donde la cohesión social es trabajada desde todas las dimensiones que abarcan a las personas.
En la mayoría de las ocasiones su primera toma de contacto con los usuarios que reciben a diario es simplemente prestar información para que conozcan cómo acceder a las ayudas de alimentos, pero la capacidad de sensibilización que tienen les hace ser orientadoras familiares, escolares, laborales, etc.
Os preguntaréis cómo otorgan las ayudas a las familias, la respuesta es; con la más absoluta transparencia. Estas ayudas se encuentran sujetas a los baremos que Cáritas estima dentro del umbral de pobreza. Desde este lugar se estudian las situaciones familiares, otorgando mucha importancia a la escolarización de los hijos, ya que la escuela es el lugar donde se lucha por la plena igualdad, favoreciendo la integración social desde los más pequeños.
Todo el trabajo que realizan estas voluntarias es cíclico, buscando fomentar desde el primer momento la relación social, la cual pasa por la búsqueda de un primer empleo para poder sustentar a sus familias o como ocurre en la mayoría de los casos, los hijos de estas familias pueden estar desubicados o presentar una baja motivación hacia el contexto escolar. Desde esta parroquia en colaboración con la Fundación Juan Soñador se les otorga orientación laboral a todos estos jóvenes, la cual se trabaja a través de diversos itinerarios como son cursos formativos basados en la individualización para alcanzar la inserción en el mercado laboral.
¿Quieres venir a conocer esta Asociación?
La respuesta que te podríamos dar es, ven, déjate llevar y siente el compromiso social de asistencia a los más desfavorecidos. Piensa que lo que tú no hagas, quedará sin hacerse.
Una vez que hemos expuesto todo lo anterior creo necesario interponer una solicitud a las políticas públicas y a los gobiernos para que cumplan con su deber de lograr el ansiado bienestar social, consiguiendo que todos los ciudadanos de este lugar llamado mundo obtengan una positiva integración social.
Ahora cuando pienses en todas las personas que caminan a tu lado o que van contigo en el autobús, me gustaría que hicieras una pequeña reflexión y te hicieras la pregunta que tomamos prestada de la Fundación Juan Soñador “¿Qué puedes hacer tú?”
FOTOS: Parroquia San Antonio de Padua