Autora: Inés Monreal Guerrero.
Orientaciones del ámbito legislativo educativo
La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), que actualmente rige el sistema educativo español, aboga por conseguir que el alumno en educación infantil aprenda de manera globalizada y contextualizada y aunque no se aborden explicitaron en la ley las competencias clave, realmente están implícitamente en los proyectos que se llevan a cabo en las aulas de educación infantil. En educación primaria la LOMCE centra una de sus miradas en que el alumnado consiga obtener las competencias clave, entre ellas encontramos la competencia de aprender a aprender y la competencia de sentido de iniciativa y espíritu emprendedor, la que pasaremos a denominar competencia emprendedora. La propia ley y sus siguientes niveles de concreción que parten de la misma que realizan las distintas consejerías de Educación de cada comunidad autónoma, abordan el interés por implementar metodologías activas y contextualizadas, como el ABP, para potenciar la motivación por aprender en los alumnos.
El aprendizaje es un acto intencional, y como tal debemos tenerlo presente todos los profesores. La intención parte del asombro y de la capacidad de generar curiosidad entre el colectivo de alumnado, y seguro que os preguntáis ¿cómo se consigue? La respuesta es básica y compleja a la vez, todo parte de la reflexión, la formación docente y de idear fórmulas híbridas que consigan capar la atención del alumnado de manera contextualizada con el currículum a abordar en cada etapa. Desde etapas tempranas y tal como apunta L´Ecuyer (2012), “los niños pequeños tienen un sentido del asombro realmente admirable y sorprendente ante las cosas pequeñas, los detalles que forman parte de lo cotidiano, el cual le lleva a descubrir el mundo” (p. 21). Desde la etapa de infantil el niño se siente atraído por el mundo que le rodea, el docente debe poner las bases para satisfacer la curiosidad dentro del marco legislativo vigente.
Por tanto, en la legislación se mantiene la necesidad de tener al docente como elemento motivador. Aquel que provoca situaciones que generen curiosidad y necesidad en el alumnado por adquirir los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para su desarrollo integral, fin último de la educación.
“El trabajo por proyectos (…) pretende ayudar al alumnado a organizar su pensamiento favoreciendo en ellos la reflexión, la crítica, la elaboración de hipótesis y la tarea investigadora a través de un proceso en el que cada uno asume la responsabilidad de su aprendizaje, aplicando sus conocimientos y habilidades a proyectos reales” (Orden ECD/65/2015, p. 18).
Tal como apunta del Pozo (2009) se ofrece a los alumnos trabajar sobre un problema de la vida cotidiana y a partir del mismo se generan unas estrategias cooperativas que emergen para iniciar un proceso de investigación que les llevará a la aventura de aprender de manera inteligente y vivenciada, buscando posibles soluciones a la situación planteada.
Estructura conceptual ABP
Figura 1. Estructura conceptual ABP
La figura nos muestra aspectos en los que nos tenemos que fijar para llevar con éxito la implementación de esta metodología activa. Especial hincapié hacemos en el producto final como resultado de todas las tareas realizadas basadas en actividades competenciales inclusivas.