Autora: Carmen Esparcia Arnedo
Si pensamos en hockey, es probable que lo asociemos a una actividad realizada en un terreno duro como el asfalto o frío como el hielo.
Pero existen otras alternativas menos lesivas: el hockey también se juega en el agua.
Su nombre original es “Octopush” y su creación se atribuye al británico Alan Blake en 1954. Sin embargo no fue hasta 1995 cuando se introdujo en España de la mano de Laurent Alquier, y a día de hoy sigue practicándose pero no sin dificultades económicas e institucionales (en muchas ocasiones sus jugadores tienen que alquilar las piscinas para sus entrenamientos, costearse sus viajes, estancia en hoteles e incluso su equipación).
Este deporte se regula por la Federación Española de Actividades Subacuáticas (FEDAS), organización respaldada por la Asociación Española de Hockey Subacuático (AEHS), que colabora con la anterior en aspectos organizativos y en la gestión de las necesidades de los equipos nacionales.
Veamos en qué consiste.
¿Qué equipación e instalaciones son necesarias?
Esta modalidad deportiva se realiza en piscinas de 25 metros de largo y 15 metros de ancho y entre 2 a 4 m de profundidad, según nos refiere la Federación Española de Actividades Subacuáticas (en http://fedas.es/comites-deportivos/hockey/).
Los jugadores van equipados con aletas, una careta, snorkel y un guante de látex que se coloca en la mano que porta el stick, para protegerla del disco y del fondo de la piscina.
¿Cómo se juega?
En un encuentro de hockey subacuático, la dinámica consiste en arrastrar un disco de plomo por el fondo de la piscina, utilizando unos sticks de no más de 35cm de longitud, con el objetivo de marcar goles en una portería de 3m de largo durante dos períodos de juego de 15 minutos.
El partido se disputa entre dos equipos de 6 jugadores, con 4 suplentes dispuestos en el borde de la piscina, los cuales pueden reemplazar a un jugador en cualquier momento del juego.
Es una práctica que nació de la combinación de la apnea y el hockey, por lo que a la destreza necesaria en el uso del stick, la táctica, el ingenio y el desplazamiento subacuático hay que sumarle el entrenamiento de la capacidad pulmonar y la gestión adecuada de las inmersiones.
En definitiva, es un deporte de equipo que se puede practicar a cualquier edad y que presenta un riesgo de lesión muy bajo, ya que es una actividad física sin gran contacto que no produce un impacto en las articulaciones ni se caracteriza por la realización de acciones de fuerza explosivas.
Otras disciplinas subacuáticas
El Hockey subacuático no es la única disciplina que regula la Federación de Actividades Subacuáticas, existen otras modalidades que bien merecen ser mencionadas y que quizás sean poco conocidas, como por ejemplo el rugby subacuático, la natación con aletas, la apnea o la orientación subacuática.
Estos deportes minoritarios están en peligro de extinción y descuidarlos supone condenarlos a su desaparición.
¿Te animarías a probarlo?