Autora: Inés Olivera Crego.
Este año el carnaval “llega tarde”, ¿por qué? Porque la primera luna llena tras la entrada de la primavera es el 19 de abril que es tras la que se celebra el domingo de resurrección y cuarenta días antes (la cuaresma) nos “llevamos la carne” (Carne levare) con una fiesta de disfraces. Esto de la fiesta de los disfraces es una tradición “pagano-romana” que coincidía con las saturnales de diciembre, en honor a Saturno, el dios romano de las cosechas y el dios griego del tiempo (cronos).
Así que… ¿qué hacían en marzo? Celebraban el año nuevo en torno al 14 de marzo y la Matronalia a primeros de mes. La matronalia es la fiesta de la maternidad, de las mujeres casadas y las embarazadas. Unos días más tarde, entorno al equinoccio la resurrección de Cibeles, vistiendo de morado.
Así que este mes parece dedicado a todas las mujeres y en este mes os quiero presentar una planta excepcional, de flores moradas y que empieza a crecer ahora en cunetas y campos baldíos.
La borraja, Borago officinalis.
Su nombre, puede proceder de Borra (pelo) como el resto de la familia de las boragináceas, aunque algunos autores opinan que procede del árabe bu-arag, sudorífico, por lo que ayuda a la sudoración. Veamos poco a poco todas sus propiedades y sus componentes.
Hojas
Son ricas en mucílago, sales minerales, taninos y ácido salicílico. Además contienen vitamina A, C y ácido fólico. Entre las sales minerales destacan las que contienen hierro, el calcio y el potasio. Este último elemento es el principal responsable de su actividad diurética, tónica cardiaca y sudorífica. Su actividad diurética, antinflamatoria (ácido salicílico) y calorífica junto con el aporte suplementario de hierro la hacen fantástica para encontrarse mejor durante la menstruación.
Pero sus efectos beneficiosos no acaban aquí, sigamos con las semillas.
Flores
Se pueden consumir frescas en ensalada, además de decorar el plato, tienen una composición muy similar a las hojas, y por tanto unas propiedades similares.
Semillas:
El ácido gamma linoleico que contienen ayuda a regular los niveles de colesterol. Pero además, contienen fitohormonas, parecidas a las hormonas femeninas, por eso, se ha utilizado para reducir los síntomas asociados al síndrome premenstrual y a la menopausia. Otros la han utilizado para estimular la producción de leche.
En uso externo, ayudan tanto a las pieles secas como a las de tendencia acneica, sobre todo debido a cambios hormonales.
Contraindicaciones:
Las hojas de borraja contienen porrolizidina, un alcaloide que puede resultar tóxico para el hígado, por lo que no es bueno consumirla en grandes cantidades y tiempo prolongados, sobre todo, sin consultar con el médico.
Receta: “Agua de borrajas”
Esa expresión que designa algo de poca importancia, se debe al poco sabor de las infusiones de borraja. Aunque no hay que desestimar su valor, para algunos, hasta llega a disminuir la tristeza.
Yo más que agua, os quiero recomendar una receta burgalesa muy sencilla:
Borraja con patatas deliciosa como cena 😉
Para ello hay que limpiar la borraja (medio kilo o un gran manojo para cuatro) y quitarle los nervios laterales, en algunos comercios ya la venden troceada.
Una vez limpia, se trocea y se reserva hasta tener el resto de los ingredientes listos: una patata mediana por persona y un par de dientes de ajo (esto es más al gusto).
Una vez pelados y troceados todos los ingredientes, se sofríe en una olla el ajo, se añade la patata y por último la borraja. Se cubren los ingredientes con agua y se deja hervirá fuego medio hasta que la patata esté hecha.
Si te gustan las verduras crujientes, puedes añadir la borraja cuando la patata esté medio hecha.
Si compraste la borraja entera con un montón de hojas que te dio pena tirar… ¡enhorabuena! Están deliciosas en revuelto, saben parecido a las espinacas o acelgas, aunque la textura es diferente.
Fotos: Pixabay.