Autora: Olga Rodriguez Borrego.
Después de un verano como el que hemos tenido, con incendios en Portugal, Doñana, León, Galicia, con decenas de muertos y miles de hectáreas quemadas, cabe reflexionar sobre el fenómeno de los incendios forestales, en esta sección sobre biodiversidad y mundo rural.
Empecemos preguntándonos porqué se producen los incendios forestales.
Como podéis imaginar las causas son muchas y variadas, pero las podemos clasificar fundamentalmente en naturales y artificiales. Las causas naturales, son aquellas en las que la mano del hombre no interviene, siendo la más común la caída de rayos que originan incendios. En España solo el 5% de los incendios se deben a causas naturales. El 95% restante, se debe a causas artificiales, es decir en las que la mano del hombre interviene. Entre éstas, encontramos algunas debidas a accidentes y negligencias como la caída accidental de un cable de alta tensión, una colilla o una hoguera, aunque los incendios más dañinos son los incendios intencionados, que son aquellos que se producen con el objetivo de quemar; estos incendios son los más dañinos y peligrosos, pues suelen tener muchos focos y están especialmente diseñados para que se extiendan y sean difíciles de extinguir. Según datos del Ministerio de Agricultura, los fuegos de origen intencionado son la causa del 54,92% de los incendios forestales en España ocurridos entre los años 2001 y 2014. En Castilla y León en este periodo se quemaron 193.000 hectáreas, (la superficie equivalente a aproximadamente 386.000 campos de futbol puestos todos juntos), y las principales causas de estos incendios fueron las quemas de rastrojos y residuos agrícolas, y quemas para regenerar el pasto, que estuvieron detrás del 36% de los incendios; aunque de casi un 50% no se llegan a conocer sus causas.
Si queréis conocer más datos podéis consultar estos datos y los del resto de España en el siguiente enlace:
https://civio.es/espana-en-llamas/
¿Pero, por qué la gente quema un bosque? Hay muchas razones, que pueden llevar a una persona o a un grupo organizado a provocar un incendio.
Una de las razones es que hay personas que les gusta quemar; son los llamados pirómanos; los pirómanos sufren una patología, que les lleva a sentir necesidad por quemar. Es una patología similar a otras, que produce un ansía irrefrenable por quemar, igual que el que sufre un deseo incontrolable de jugar (ludopatías) o de robar (cleptomanía); sin embargo las causas que están detrás de la mayoría de los incendios intencionados no son los pirómanos sino las causas económicas, es decir los incendios provocados por personas o grupos de personas que esperan obtener un beneficio económico después de un incendio, tal es el caso de terrenos que una vez quemados se recalifican para poder construir sobre ellos, o la venta de la madera quemada que sirve para hacer conglomerados o pasta de papel, otra de las causas económicas más habituales es el cobro de indemnizaciones o seguros. Finalmente hay que citar aquellas personas que queman como actos de vandalismo o por venganzas o rencillas entre las personas que usan el monte.
¿Y después de un incendio, qué….? ¿Qué ocurre en un ecosistema después de un incendio?
La principal consecuencia de un incendio forestal es la destrucción directa de la vegetación que allí había, ya fueran bosques o matorrales, o pastos.
La vegetación herbácea se regenera en un plazo relativamente corto, pero los bosques y la vegetación leñosa, tarda décadas en regenerarse. Aunque es muy variable, porque depende del tipo de árboles, del clima, del terreno, pongamos como ejemplo que un bosque maduro, con árboles de crecimiento lento, como robles o encinas y con un estrato arbustivo bien desarrollado puede tardar un siglo en regenerarse. A veces se hacen reforestaciones, aunque los expertos aconsejan dejar que la naturaleza lo regenere por sí misma.
Pero no solo se produce una destrucción directa de la vegetación, también se provoca la contaminación del aire y del agua. La contaminación aérea, que es la más llamativa, porque se ve desde cientos de kilómetros, en el momento del incendio, se disipa en un plazo corto, pero la contaminación del agua permanece. Las cenizas resultantes acaban siendo arrastradas por el agua, contaminando arroyos y ríos de las zonas afectadas y puede filtrarse a los acuíferos subterráneos. Después de los incendios de este verano en la provincia de León, varios pueblos tuvieron que abastecerse de agua en camiones para uso doméstico, porque de sus grifos salía agua negra.
Las especies vegetales son las que más sufren, pero también las especies animales tienen importantes pérdidas. Las especies acuáticas ven contaminado su hábitat y muchas especies terrestres no tienen capacidad de huir, y las que logran huir ven destruido se hábitat y tienen que comenzar de nuevo en otro lado, lo cual no siempre es fácil.
Así que de un modo u otro, todo el ecosistema se ve afectado, produciéndose una importante pérdida tanto del hábitat como de las especies que en él viven.
Los incendios son un importante problema para nuestros bosques y es importante concienciar a la sociedad que hay que cuidarlos. Cuidemos nuestros bosques porque ellos producen aire puro, nos proveen de frutos para comer y madera para calentarnos o construir nuestras casas, son el hábitat de muchas especies de nuestra fauna y en ellos disfrutamos de momentos de ocio. Hagamos nuestros los versos del poeta Miguel Hernández,
En nombre de los bosques, yo maldigo
A quien toma venganza, árbol, contigo