Autor: Roberto Cortés López.
Es habitual, en los centros educativos, trabajar casi exclusivamente con conexiones WI-FI (Wireless Fidelity) o conexión sin cable. No obstante, su uso habitual en lugar de la conexión por cable tradicional conlleva una serie de inconveniente de los que hoy os quiero hablar en este artículo. El cable siempre es mejor que el WIFI, así de rotundo.
Velocidad WIFI
La velocidad a la que recibimos en nuestro ordenador la señal proveniente de un punto WIFI depende de varios factores:
– La distancia a la que nos encontremos de él.
– Las barreras físicas existentes entre nosotros y el emisor (paredes, muebles…)
– La velocidad de transmisión del equipo WIFI. Dependiendo del modelo puede emitir a mayor o menor velocidad dependiendo del modelo y de la banda de transmisión.
– La velocidad de recepción de la antena WIFI de nuestro ordenador
Sumados todos estos factores, el WIFI te hace perder entre un 70% y un 90% de la velocidad de tu conexión a internet. Por ejemplo, para una conexión de fibra de 600 megas, con WIFI, como máximo, alcanzarías una velocidad de entre 180 Mb y 60 Mb.
El cable siempre es más rápido
La velocidad de un cable ethernet siempre es mucho mayor. Dependiendo del tipo de cable que utilicemos, Cat 5, Cat 5e, Cat 6, Cat 6a, Cat 7, Cat 7a, Cat 8… obtendremos mayor velocidad. Por ejemplo, un cable Cat 5e tiene una velocidad máxima de transmisión de 1000 Mbps a una distancia de 100 metros (la distancia del cable también es un factor determinante en este caso). Con un cable Cat 6 o superior podemos conseguir velocidades de hasta 10 Gbps hasta 55 m y 1 Gbps para mayor longitud.
Por otro lado, el adaptador Ethernet de nuestro ordenador (donde enchufamos el cable de internet) también tiene un rango de transmisión. Un adaptador 10 / 100 / 1000 no soporta velocidades mayores de 700 Mbps. Y un adaptador 10 / 100 no alcanzará nunca velocidades mayores a los 70 Mbits. Por lo que, aunque hayamos contratado una conexión de 600 Mb, dependiendo del cable que tengamos instalado y de la velocidad del adaptador de nuestro equipo, podemos encontrarnos con que la velocidad máxima alcanzada es la contratada o, por el contrario, mucho menor.
La seguridad, el factor determinante
Si lo que buscamos es seguridad, no hay nada que supere al cable, puesto que la conexión es directa al Router y no requiere de contraseñas. El WIFI requiere de una contraseña y, aunque cada vez son más seguras (WPA2-PSK), pueden ser vulneradas por un atacante externo e introducirse en la red para robar datos, o bloquear la señal wifi sin vulnerar la contraseña, mediante un inhibidor o jammer. Ambas cosas son imposibles en una conexión con cable, ya que requiere el acceso físico a nuestro router.
¿Cómo repartir mi conexión por cable?
Si no tienes puertos suficientes en el router o sólo dispones de una clavija en la pared para conectar tus equipos mediante cableado, la solución está en adquirir un switch o conmutador, es decir, un dispositivo que repartirá la señal a varios dispositivos de igual forma que lo hace un “ladrón” en un enchufe de corriente. Sus precios rondan los 20 euros, para un modelo de 8 puertos y velocidad 10 / 100 / 1000. A mayor número de puertos y mayor velocidad, mayor será su precio.
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