Autora: Teresa Plaza Marina.
Con las palabras la mente tiene alas. Las Aves, «Aistófanes.»
Existen dos vías o fórmulas de trabajo a través del teatro en educación. La clásica, la que todos tenemos en la cabeza, es el aula de teatro, la otra es el teatro de aula.
El teatro es un medio de expresión y observación que nos permite el desarrollo de competencias básicas y de la personalidad, de las competencias sociales y comunicativas, de la motivación, de la tolerancia y del espíritu de equipo. (Palacios, 2009)
En el aula de teatro podremos conseguir una comunicación auténtica y completa, unificando el gesto y la voz, fomentar el compañerismo a través de la actitud de ayuda, la creatividad y la desinhibición para favorecer el control de si mismos
La piedra angular o estructura sobre la que pivotará todo nuestro trabajo es el texto, la elección de la obra estará determinada por aquellos a quienes va dirigida: edad, género (un musical, una obra dramática, una humorística, o mixta), características de los alumnos (edad, necesidades educativas especiales, desconocimiento del idioma, problemas conductuales)
La obra tiene que ser del interés de los alumnos para que sea significativa para ellos y no debe ser demasiado larga, para facilitar su desarrollo y evitar el inevitable desánimo si trabajamos durante un buen tiempo y no podemos finalmente representarla. Es preferible usar textos completos buscando siempre la literalidad del texto, de hecho es preferible reducir texto a alterarlo cambiando palabras o expresiones.
Es muy importante llevar una secuencia lógica en el desarrollo de las actividades, siguiendo el orden de las escenas. Por ejemplo antes de comenzar a leer la obra, podemos presentar a los alumnos la portada de la obra y hacer una lluvia de ideas sobre su posible argumento. También podríamos explicar el argumento y pedir que imaginen que personajes podría tener.
Cuando leamos la obra procuraremos que conozcan la función de las acotaciones, haremos un reparto previo de personajes advirtiendo que es provisional,
Algunos consejos generales son los siguientes: emplear explicaciones claras y simples, los alumnos deben trabajar al mismo tiempo evitando grupos de espectadores, recordar que cada alumno tiene un ritmo de aprendizaje, dar la misma importancia a todos los personajes y funciones (como por ejemplo el apuntador o apuntadora, encargados de vestuario, responsable de la música, etc), trabajar con todo el cuerpo entrenando el lenguaje no verbal, experimentar con la voz, no adjudicar los personajes solo por el aspecto físico, sacar a los alumnos de su zona de confort llevándoles a la interpretación de personajes con los que tengan que salir de ella.
Si bien el teatro va a dotar a nuestros alumnos de numerosos recursos, también es cierto que en el camino se encontrarán con dificultades que tendremos que ayudarles a superar, la vergüenza, el miedo escénico, la pereza de memorizar los textos, la capacidad para relacionarse con otras personas, la tolerancia con los errores propios y ajenos, la frustración, entre otros.
Al final se obtiene un resultado muy satisfactorio, la representación o muestra – espectáculo del recorrido experimental que hemos seguido entre todos durante unos meses.