¿SE RESPETAN LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS EMPRESAS?

1 octubre 2018 1

  Autora: Rosa Fernández Pérez.

En un mundo globalizado como el nuestro, donde se pueden conseguir casi todos los productos inimaginables, se puede viajar a casi todos los lugares del mundo y se puede tener comunicación con personas de lugares lejanos, podemos escuchar voces de numerosas organizaciones que denuncian el olvido de lo fundamental, “la protección, cuidado y dignidad de las personas” en los trabajos.

En este panorama donde las actividades sociales, políticas y económicas se extienden a través de las fronteras. Fronteras que, por otra parte, en este mundo globalizado, cada vez son más difusas. Por otra parte, el incremento del comercio mundial suscita controversias relacionadas con las condiciones laborales y los derechos humanos de las personas que participan en la producción y comercialización de los productos. En definitiva, el mundo laboral está siendo un lugar de menoscabo de la propia dignidad de las personas. Parece que los ámbitos jurídicos nacionales y los pactos internacionales, no fueran suficientes para la protección de los “derechos humanos”. Se denuncia que transnacionales obligan a niños a trabajar, se explota a las personas trabajadoras, se pagan sueldos míseros que no dan para disfrutar de una vida digna, se coacciona a las personas a trabajar en condiciones insalubres, a trabajar con productos tóxicos, a no permitir que tengan descansos en sus horarios laborales, …

Y detrás de este panorama, dos actores. Uno de ellos, el consumidor, dispuesto a comprar el objeto al “mínimo precio posible”, sin plantearse cómo se ha producido. El otro actor, los estados, poniendo de relieve la prioridad en el empleo. 

Haciendo un poco de historia, en 1999 el Secretario General de la ONU, Kofi Annan se dirigió, en el Foro Económico Mundial en Davos, a altos directivos de las mayores empresas a nivel mundial para lanzar la idea de crear un pacto mundial entre el sector privado y las Naciones Unidas; un pacto que se basaría en la acción voluntaria y en el deseo de las propias empresas de participar en la solución de las consecuencias no deseadas de la globalización. (Informe de Economistas sin fronteras: Empresas, derechos humanos y competitividad: ¿una relación imposible?). El Pacto Global se ha convertido en la iniciativa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) más grande del mundo, y los Principios del Pacto Mundial se pueden leer en la siguiente página: https://www.pactomundial.org/category/aprendizaje/10-principios/

En el año 2011, se establecen los Principios Rectores para poner en práctica la idea de “proteger, respetar y remediar”. El propósito de estos principios es tan simple como primordial: las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad. Los derechos humanos son inherentes a todos los seres humanos, cualesquiera que sean su nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, idioma o cualquier otra condición.

Por su parte, la OCDE ha fijado las Líneas Directrices para Empresas Multinacionales. Estas constituyen el único código de conducta empresarial responsable, exhaustivo y acordado multilateralmente, que los gobiernos se han comprometido a promover.

Los acuerdos sobre protección de derechos humanos se plantean, sobre todo, en las empresas transnacionales, donde la experiencia revela que éstas eligen dónde ubicar sus actividades productivas para obtener ventajas en una imposición más baja, normativas laxas sobre salarios mínimos a los trabajadores, normativas permisivas sobre daños ambientales, sobre discriminación laboral, etc…

Recientemente, el 1 de febrero de 2017 el Parlamento Francés aprobó una ley que establece la obligación del deber de vigilancia para las empresas matrices y subcontratantes. Esta ley también favorece las denuncias, por parte de las víctimas y personas afectadas por los incumplimientos de la protección de los derechos humanos de las empresas.

En España, se publica el “Plan de Acción Nacional de Empresas y Derechos Humanos”, mediante Resolución de 1 de septiembre de 2017, de la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores (véase el BOE de 17 de septiembre de 2017).  Según un comunicado firmado por Amnistía Internacional, Coordinadora de Comercio Justo, Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Enlázate por la Justicia, Federación de Derechos Humanos, Greeenpeace y Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, se especifica que “este Plan es un paso positivo, pero claramente insuficiente para evitar que se produzcan vulneraciones sobre los Derechos Humanos”.

Esta panorámica hace plantearse si nos estamos olvidando de lo principal, las personas, como centro de la vida.

“Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad”. (Nelson Mandela)

2 ENER 2022
Un compromiso para la sostenibilidad

ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA

ECONOMIA SOCIAL SOLIDARIA.

Autora: Rosa Fernández Pérez.

   

En la actualidad hablar de economía social, parece una invención más que una realidad. El término hace pensar en una economía distanciada del logro de una rentabilidad monetaria.  A pesar de la percepción del vocablo, este tipo de economía existe y está regulada en una norma. La ley la define como el conjunto de las actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los principios recogidos en el artículo 4, persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos (artículo 2 de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social).

Por tanto, esta economía está formada por empresas y entidades que realizan actividades en el ámbito privado, pero con características diferentes a las llamadas empresas del capital. Son “una forma diferente de hacer empresa”. Esta diferencia se manifiesta en su compromiso fundacional con una serie de valores y principios de actuación que constituyen su lógica organizativa y su actividad empresarial en base a los siguientes elementos: a) una clara preeminencia de las personas sobre el capital; b) la apuesta por la autonomía y democracia en la gestión; c) la solidaridad (interna y externa) y; d) la prioridad del servicio a sus miembros y a la comunidad por encima de la consecución de beneficios (Monzón, 2003; Chaves et. al, 2003).

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1 Nov 2021 1
Un compromiso para la sostenibilidad

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

EL ABANDONO DE NUESTROS PUEBLOS TIENE CONSECUENCIAS

Autora: Rosa Fernández Pérez.

   

                                                           “La Tierra ofrece lo suficiente como para satisfacer lo que cada hombre necesita, pero no para lo que cada hombre codicia” (Gandhi)

El libro de Sergio del Molino ha dado nombre a amplias zonas de la España interior: “la España vacía”, y también ha avivado la discusión política, social y económica sobre la pérdida de población de las zonas rurales. Un medio rural que supone el 80% del territorio español, pero en él solo vive el 20% de la población, y esa cifra va en descenso[i]. Cifras alarmantes que han llevado a  hablar de la “no rentabilidad económica” de ciertos servicios en los pueblos, como la sanidad, educación, transporte público, etc…

Históricamente, desde los años 50 y 60 con el comienzo de la industrialización, en España comenzó el proceso de despoblación del mundo rural, que produjo un desplazamiento progresivo de personas de los pueblos a la ciudad. En un primer momento, las ciudades se construyen para albergar a trabajadores de las nuevas fábricas e industrias, construyendo para ello, bloques de viviendas rápidas y en vertical, para alojar a la mayor cantidad de personas posibles en el menor espacio. Construcciones y formas de diseño de viviendas y edificios que favorece una vida urbana generadora de desinterés por lo que le sucede al otro (Luja y otros, 2014).  Estas aglomeraciones de población en núcleos urbanos pasan a convertirse en residencias para ciudadanía que debe producir, además de lugares que favorecen el aislamiento de las personas, la insensibilidad en todo aquello que no sean intereses personales y la desafección de lo público (Camps, 1993).

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4 mayo 2021
Un compromiso para la sostenibilidad

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA

ETAPA DE INCERTIDUMBRE O DE CERTIDUMBRE: ES CUESTION DE PERSPECTIVA.

 

Autora: Rosa Fernández Pérez.

    La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes

 (John Lennon)

Vives en un mundo organizado, o al menos, eso crees. Todo tiene sus leyes, sus espacios, su simbología y así te sientes sereno, porque este “aparente” orden te ofrece tranquilidad. Aunque existan tormentas, terremotos, enfermedades, … ansias el equilibrio que desprende la inercia de lo conocido. Esta distribución del orden se establece desde el mundo de lo material. Así, te sientes sereno con tus sitios de ocio, tus lugares de compra, tu nuevo móvil, tu nuevo traje, …; y el consumir y ver a personas por las calles te da la sensación de alegría y de progreso.

 Este progreso alimentado desde el capital, parece que te reporta grandes beneficios materiales, pero no piensas en todas las desventajas sociales que van asociadas a él. Los valores culturales y sociales, el valor de la sabiduría, el cuidado del pensamiento, del conocimiento y los grandes pensamientos filosófico, han sido suplantados por un sistema racional, que generó, lo que Weber[1]  llamó “desencantamiento” del mundo. 


[1] Weber, Max (1864-1920), fue un sociólogo, filósofo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública,

  

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