Autor: Cesar Benito Gonzalez.
Ya he analizado en artículos anteriores el papel central del profesorado de Servicios a la Comunidad en la necesaria integración entre la escuela, la familia y la comunidad. Dentro del sistema educativo es la figura del profesorado de Servicios a la Comunidad la que tiene reservadas las funciones más directamente relacionadas con el entorno sociocomunitario, la realidad sociofamiliar del alumnado y la defensa y protección de sus derechos, sin menoscabo de la responsabilidad y compromiso de los equipos directivos, y el resto de profesionales de los servicios de orientación. Es por ello por lo que el PTSC desempeña un rol central en la promoción y el reconocimiento del papel que las familias juegan, no solo en la educación de sus hijos e hijas, sino dentro del propio sistema educativo. Colabora con las familias y las orienta sobre recursos y educación; detecta necesidades y desajustes, con el fin de realizar actuaciones preventivas y, en su caso intervenciones… También tiene encomendadas entre sus funciones el conocimiento y aprovechamiento de los recursos comunitarios, así como la coordinación y colaboración con los servicios y recursos del contexto cercano al centro educativo. Y desde el punto de vista del centro escolar, proporciona al profesorado orientaciones para la atención al alumnado en desventaja, aporta criterios para la evaluación del contexto sociofamiliar facilitando al profesorado la información necesaria para la mejora de su evolución educativa.
Pero ¿qué tienen en común estos tres grandes pilares del trabajo del profesorado de Servicios a la Comunidad? Pues que comparten el hecho de ser también los principales pilares del desarrollo de los menores en nuestra sociedad. Su papel, de forma individual y conjunta, es determinante en el adecuado desarrollo de los menores y su responsabilidad inalienable, cuando no ofrece las condiciones básicas y óptimas para su desarrollo.
La familia tiene una importancia crucial; en ella, no sólo se perfeccionan los instrumentos culturales o se incorporan nuevos conocimientos, sino que además se establecen pautas de conducta, se conforman actitudes y se transmiten valores vitales para el futuro de niños y niñas, y adolescentes. Dadas las características de la sociedad actual, el contexto educativo es la forma de apoyo social más importante que tienen las familias para ejercer su función educativa. A su vez el centro educativo, es el contexto en el que el alumnado adquiere conocimientos y competencias sociales y culturales, a la vez que pone en práctica, moldea y asienta las actitudes y valores que le van a conformar como persona y ciudadano o ciudadana. El contexto sociocomunitario en el que crecen los niños y niñas tienen una directa vinculación con la adecuación de su crecimiento y desarrollo, pues sus condiciones (ambientales, comunitarias, de recursos…) y su consideración de la infancia y la adolescencia, son determinantes.
Los menores por lo tanto se encuentran en el centro de la influencia de la estrecha relación que se establece entre la familia, la escuela y la comunidad; y la infancia y la adolescencia son su razón de ser, como el elemento más frágil de la sociedad y a partir del que se conforman las generaciones del futuro.
El profesorado de Servicios a la Comunidad comparte, por lo tanto, ese espacio central de la ecuación escuela-familia-comunidad, con la infancia y la adolescencia, poniendo el foco de su intervención y su preocupación en el menor, como lo es también como hemos visto, para las familias, el sistema educativo y el contexto sociocomunitario.
César Benito González es PTSC en el IES Enrique Flórez (Burgos)
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