Autora: Roberto Alonso Tajadura
La empresa virtual es una forma no convencional de empresa que desarrolla, en entornos económicos complejos y globalizados, una oportunidad de negocio apoyándose en los avances derivados de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las capacidades que ofrece internet.
Frente a las tradicionales empresas, la empresa virtual o del siglo XXI, como a menudo es conocida, explota un modelo de negocio basado en una plataforma telemática que integra, conecta y coordina empresas de diferentes sectores que colaboran entre sí formando un dinámico tejido económico. En esta red colaborativa, las empresas aportan lo que mejor saben hacer, es decir, el core business o la esencia de su negocio, a cambio de renunciar a las tareas y los procesos en que se declaran más ineficientes. De esta forma, se contribuye a mitigar unos de los principales problemas económicos: la reducción de costes.
Al margen de esta demostración de eficiencia, la empresa virtual presenta otras ventajas competitivas. En primer lugar, no presenta importantes necesidades de capital para explotar el talento, ni necesita una fuerza laboral intensiva. De hecho, bastaría un ordenador personal con conexión a internet, una página web y una red de contactos para iniciar la actividad.
En segundo lugar, su localización, aunque formalmente necesaria a efectos de domiciliación social y fiscal, no está sujeta al tradicional emplazamiento físico, lo que potencia la flexibilidad operativa y la movilidad.
Por último, las enormes posibilidades que ofrece el ciberespacio favorecen el desarrollo de una vocación exportadora que hasta hace poco tiempo estaba reservada a las grandes empresas.
Ahora bien, habida cuenta de su naturaleza, en cierto modo, intangible, el éxito de las empresas virtuales depende en gran medida de su capacidad para generar confianza entre los agentes económicos y del buen estado de las relaciones que establezca con sus colaboradores.
Buena muestra de la creciente presencia de las empresas virtuales en el mercado se manifiesta con el paulatino retroceso de los establecimientos tradicionales (tiendas offline), frente al comercio electrónico y las tiendas y agencias online que operan virtualmente a través de internet.
Basándonos en las tesis propuestas en 1989 por C. Handy, pionero en la conceptualización de la empresa virtual, el desarrollo de este tipo de empresas se articula, como si de un trébol se tratara, en tres hojas. Cada una de ellas estaría representada por:
– Los trabajadores esenciales en que está depositado el imprescindible talento de la empresa.
– Los trabajadores externos que realizan las operaciones no esenciales o centrales del negocio. Son empleados vinculados a la empresa por medio del outsourcing o la externalización de tareas.
– La fuerza laboral flexible, formada por los trabajadores vinculados temporalmente a la empresa en función de las expectativas de crecimiento.