NEUROEDUCACION Y EMOCIONES.

01 noviembre 2017 1

NEUROEDUCACIÓN Y EMOCIONES.

Autora: Virginia Allende del Río.

Hacia una cultura emocional

   David fue un alumno brillante de Ingeniería informática, pero no es capaz de durar en ningún trabajo. Su mal carácter, mala relación con los compañeros y carencia de la habilidad de trabajar en equipo hacen que no le renueven los contratos.

   María no saca buenas notas, no le gusta estudiar, no se disciplina ni pone un horario. Pero eso sí, tiene un montón de amigos y vida social. Es simpática, no se mete en líos y cae bien a todo el mundo. Su sueño es ser peluquera.

   Miguel es un alumno inseguro que no se cree capaz de aprobar y sacar el curso. Su historial académico está repleto de suspensos y repeticiones de curso. Las clases le parecen aburridas y lo que se aprende en ellas no le parece útil para la vida. Le gustan la mecánica y la informática y a ello le gustaría dedicarse. Es un “manitas” que ayuda a su padre en su taller.

   Ninguno de los tres parece estar en el camino de conseguir sus objetivos, aunque todos tienen condiciones para ello. El problema del primero es la falta de habilidades sociales que le impiden relacionarse positivamente con sus compañeros y jefes, aunque es trabajador y competente, y su paso por el sistema educativo se saldó con un grado universitario. El problema de María es que la pereza y su poco espíritu de sacrificio le van a impedir que se forme y encuentre un buen trabajo. David ha tenido experiencias muy negativas y poco gratificantes en la escuela, que contribuyen a que se sienta inseguro y poco motivado para los estudios.

    Los ejemplos anteriores sugieren varias cosas: que el éxito en la vida no siempre se identifica con el académico, y que en el aprendizaje influyen tanto factores internos, de personalidad, como externos, que afectan al currículo y a su pedagogía o forma de impartirlo.

   ¿Podemos educar a personas con control, automotivación, autoestima, habilidades sociales, perseverancia, etc que les haga más aptos socialmente?.

   ¿Podemos conseguir que aprender sea una experiencia emocionante para nuestros alumnos?.

Biología de las emociones. ¿Qué son las emociones?, ¿Cuál es su función?

    Las emociones son, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución. Darwin fue el primero en estudiar el papel de las emociones en los animales y en el ser humano. Para él las emociones básicas eran: alegría, miedo, ira, tristeza, asco y sorpresa. Todas ellas tienen un valor adaptativo. Nos ayudan a sobrevivir y a adaptarnos en el medio en el que nos movemos. Por ejemplo, sin el miedo y la ira para enfrentarnos a las amenazas, no hubiésemos sobrevivido como especie.

   El cerebro controla nuestras emociones. En concreto, el sistema límbico. El término ‘límbico’ fue acuñado en el año 1878 por el médico y científico francés Paul Broca, para designar un área compuesta por tres estructuras cuya función está relacionada con el aprendizaje, la memoria y las respuestas emocionales. Está situado justo debajo de la corteza cerebral y está formado por el tálamo, el hipotálamo, la amígdala cerebral y el hipocampo.

Las emociones son estados complejos, fenómenos multidimensionales caracterizados por cuatro elementos: cognitivo, fisiológico, conductual y expresivo. Los estímulos emocionales interactúan con las habilidades cognitivas, afectando a la capacidad de razonamiento, la toma de decisiones, la memoria, la actitud y la disposición para el aprender.

Emociones y aprendizaje. Alumnos “mejor equipados” y contenidos más emocionantes 01 noviembre 2017 2

   La investigación nos muestra que las emociones pueden fomentar el aprendizaje al intensificar la actividad de las redes neuronales y reforzar las conexiones sinápticas. Emoción y motivación dirigen el sistema de atención, que decide qué informaciones se archivan en los circuitos neuronales y, por tanto, se aprenden. Cuanto más emocionantes sean los contenidos a aprender, mejor se aprenderán.

   Por otro lado, el psicólogo Daniel Goleman, en su libro “La inteligencia emocional”, sostiene que el coeficiente de inteligencia no es indicador de éxito en la vida; es la inteligencia emocional, o la forma de interactuar con el mundo teniendo en cuenta los sentimientos, la que puede lograr que las personas sean más plenas y felices. Considera que las habilidades emocionales son primordialmente cinco: Conocimiento de las propias emociones, control de las emociones, saber motivarse a uno mismo, empatía y habilidades sociales o control de las relaciones con los demás. Hoy se sabe por ejemplo, que un alumno sometido a estrés no puede rendir lo suficiente. Todos sabemos que hay alumnos que, aun habiendo estudiado y sabiendo que saben, son incapaces de demostrarlo por no saber controlar su nivel de ansiedad y se quedan “en blanco”. Ese alumno, deberá aprender a controlar su emoción de ansiedad para tener un mejor desempeño en los exámenes.

   Así las emociones pueden cumplir un doble papel: Por un lado su manejo y gestión adecuados nos pueden hacer más inteligentes emocionalmente, y por lo tanto “mejor equipados” para aprender (factor interno), y por otro, pueden ser una herramienta educativa que los profesores podemos utilizar para que nuestros alumnos aprendan mejor (factor externo).

Aplicaciones didácticas. Educar en inteligencia emocional. El aprendizaje ha de ser emocionante y emocional. Algunas pautas.

Las emociones, nos movilizan para actuar, ese es su papel biológico, también pueden facilitar o dificultar el aprendizaje. Como dice Begoña Ibarrola en su libro “Aprendizaje emocionante”: “Los profesores han de ser conscientes de la importancia de la emoción como vehículo de sus palabras si desean que estas alcancen de lleno a sus alumnos. Prácticas como la transmisión de conceptos complejos de modo aséptico, desconectados de significado emocional, deben ser abandonadas para evitar el fracaso escolar. La neurociencia nos muestra evidencias de que se aprende mejor cuando un determinado contenido o materia presentan componentes emocionales, aunque hay emociones que potencian el aprendizaje y otras que lo dificultan”.  

   Como profesores, tenemos la experiencia de que a veces los alumnos, emplean más tiempo realizando actividades que les gustan, aunque tengan menos carga en la nota, que en otras con mayor porcentaje como los exámenes. Por otra parte, un alumno puede no estar motivado para aprender por no encontrar ninguna experiencia de éxito o positiva de aprendizaje que refuerce su autoconfianza. Está demostrado que influyen en la motivación las experiencias positivas y los lazos afectivos que se establecen en el aula. Todo alumno, para estar motivado, necesita atención emocional, elogios, reconocimiento y experiencias de éxito que le hagan sentirse competente.

01 noviembre 2017 3Algunas pautas para trabajar las emociones en las clases podrían ser:

1. Mostrar emoción al impartir los contenidos. Si nos apasiona lo que hacemos, lo transmitiremos más fácilmente.

2. Crear un clima positivo en el aula que fomente la seguridad y la confianza.

3. Utilizar el refuerzo positivo más que el negativo. Alabar los logros de los alumnos más desmotivados por pequeños que sean, puede contribuir a reforzar su autoestima y a tener experiencias positivas con el aprendizaje.

4. Fomentar la participación y el trabajo en equipo. Con ello trabajaremos su autoestima y confianza, a la vez que incrementamos sus habilidades sociales.

5. Procurar incrementar experiencias gratificantes en el aula. Por ejemplo, utilizar juegos, nuevas tecnologías, películas, canciones, realizar excursiones y actividades extraescolares que resulten interesantes a los alumnos…

6. Enseñar a reducir o eliminar el estrés y la ansiedad en los exámenes. Se pueden utilizar técnicas de relajación, enseñar técnicas de realización de distintos tipos de exámenes, verbalizar las dificultades y errores que tienen los alumnos en los exámenes para que sean conscientes de ellos, corregir el examen tras su realización, etc…

7. Impartir los contenidos procurando vincularlos con experiencias de los alumnos y con situaciones de la vida real. El aprendizaje ha de ser funcional, no algo abstracto y descontextualizado.

8. Insistir en el autoconocimiento y en las actividades de orientación en las tutorías. Cuando un alumno descubre cuáles son sus fortalezas y debilidades, está en disposición de aprender con más eficacia.

Del mismo modo, un alumno con un objetivo que le ilusione y tenga que ver con sus destrezas es más fácil de motivar para que estudie y se prepare.

Un problema filosófico clásico oponía desde los griegos la razón a la pasión como dos tendencias opuestas en el ser humano. Esta dicotomía parece resuelta a la luz de los nuevos descubrimientos en neurobiología. Ambas, razón y pasión, son facultades innatas en el ser humano y configuran lo que somos. El concepto de inteligencia emocional tan en boga en la actualidad corrobora esa idea.

La educación no puede ser sólo racional; ha de ser también emocional y emocionante.

 Virginia Allende del Río, profesora de Filosofía y Licenciada en Psicología.

Fuentes y Bibliografía recomendada:

       Darwin, Charles; “La expresión de las emociones”.

       Ibarrola, Begoña; “Aprendizaje emocionante”, ediciones SM.

       Goleman, Daniel;”Inteligencia emocional”, ediciones Kairós

IMÁGENES

imagen 1. Teoría del cerebro triple: http://educandoeldespertar.blogspot.com.es/2016/03/el-cerebro-emocional-en-los-ninos.html

imagen 2. Habilidades emocionales. https://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/19158801/Trucos-para-aprender-a-manipular-tu-Cerebro-y-Emociones.html

imagen 3. Aprendizaje emocionante. https://www.casadellibro.com/libro-aprendizaje-emocionante/9788467562934/2226306

9 Mayo 2018 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION Y ACTIVIDAD FISICA.

NEUROEDUCACION Y ACTIVIDAD FISICA.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida

En clase tenemos muchos alumnos deportistas, juegan en equipos y entrenan varios días por semana. A medida que los chicos se hacen mayores, se reduce el número de los que juegan en equipos federados. Una de las razones es que les resulta difícil compaginar dos actividades cada vez más exigentes: deporte y estudios. Parece ser que damos más importancia a todo aquello que tenga que ver con lo intelectual: estudios, idiomas, música… y que lo relacionado con la actividad física es algo lúdico y en definitiva, menos importante. Pero dejando al margen los deportistas digamos “profesionales” y el debate sobre si apoyamos o no suficientemente a nuestros deportistas como sistema educativo, no cabe duda de que hay una relación entre chico o chica activo físicamente y chico o chica más sociable y con más habilidades sociales. También se da lo contrario, el perfil de alumno con problemas de socialización correlaciona bastante con el de alumno inactivo físicamente. Por otro lado, como docentes somos conocedores del incremento del ocio pasivo, sobre todo tecnológico, que en los últimos años, se está imponiendo entre los jóvenes. Cada vez son más los alumnos que pasan horas y horas con el móvil y el ordenador, los videojuegos, etc. Hacen menos deporte, hacen menos actividades al aire libre. Esa circunstancia empobrece también sus habilidades sociales y emocionales.

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07 marzo 2018 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION, MOTIVACIÓN Y ATENCIÓN.

NEUROEDUCACION, MOTIVACIÓN Y ATENCIÓN.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida: La motivación y la atención como factores fundamentales de aprendizaje.

   Un alumno me comentó hace poco que con sólo haber leído una vez un libro que le había resultado interesante, era capaz de acordarse de detalles del argumento, de nombres de los personajes, etc con mucha precisión y exactitud. Sin embargo, tenía dificultades para memorizar fechas, nombres o hechos de asignaturas como Historia o Lengua. ¿Por qué su memoria funcionaba mejor en unas situaciones que en otras?.

   Todos tenemos experiencia de alumnos a los que les cuesta mucho dedicar tiempo y esfuerzo a estudiar un examen aunque tenga poca materia, y sin embargo, son capaces de dedicar horas de atención a realizar un trabajo individual o en grupo que quizá no tenga tanta carga en la nota como un examen, pero que les ha ilusionado y… motivado.

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05 enero 2018 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION Y HUMOR

 NEUROEDUCACIÓN Y HUMOR.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida: Nos gusta el humor.

    ¿A quién no le gusta la gente divertida, simpática y sonriente?. Crea un ambiente de “buen rollo” a su alrededor. Contagia su optimismo. Todos quieren estar con ella porque les hace reír y sentir bien. Los profesores tenemos alumnos que ponen pegas a todo y casi siempre están malhumorados, y alumnos que por el contrario parecen estar siempre de buen humor y permanecen sonrientes. Igual que a nosotros nos resulta más fácil comunicarnos con los segundos, también los alumnos se sienten más receptivos con los profesores que consiguen un ambiente relajado e incluso divertido en la clase. Del mismo modo, muchos políticos utilizan el sentido del humor para “caer bien” a los electores; en las bodas anglosajonas, los padrinos de los novios deben elaborar un discurso que tenga frases ingeniosas y chistes para relajar el ambiente y divertir a los invitados. Asimismo, preferimos comprar en los comercios donde nos tratan con amabilidad, simpatía y buen humor. La psicología social nos dice que las personas “nos contagiamos” las emociones. El humor, relacionado con la emoción básica “alegría” se contagia. Es una emoción positiva que hace que con la familia y en reuniones con los amigos nos sintamos relajados y felices.

   Como docentes podemos usar los beneficios del humor de dos maneras: En el trabajo, en las clases, podemos utilizar el humor para crear un ambiente emocional proclive al aprendizaje. Asimismo, también podemos utilizar el humor como recurso didáctico, usando o proponiendo en ocasiones, materiales o actividades que resulten divertidos a los alumnos.

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