NEUROEDUCACION, MOTIVACIÓN Y ATENCIÓN.

07 marzo 2018 1

NEUROEDUCACIÓN Y HUMOR.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida: La motivación y la atención como factores fundamentales de aprendizaje

Un alumno me comentó hace poco que con sólo haber leído una vez un libro que le había resultado interesante, era capaz de acordarse de detalles del argumento, de nombres de los personajes, etc con mucha precisión y exactitud. Sin embargo, tenía dificultades para memorizar fechas, nombres o hechos de asignaturas como Historia o Lengua. ¿Por qué su memoria funcionaba mejor en unas situaciones que en otras?

   Todos tenemos experiencia de alumnos a los que les cuesta mucho dedicar tiempo y esfuerzo a estudiar un examen aunque tenga poca materia, y sin embargo, son capaces de dedicar horas de atención a realizar un trabajo individual o en grupo que quizá no tenga tanta carga en la nota como un examen, pero que les ha ilusionado y… motivado. 

   La motivación y la atención son dos aspectos que están íntimamente relacionados. Sin motivación, no hay atención. Si no nos interesa algo, no lo prestamos atención. Si nos interesa mucho, nos concentraremos en ello. No tenemos más que ver a un adolescente con un móvil. Sus estados de concentración y atención son totales. Los cinco sentidos pendientes de la pantalla…

   La motivación es un impulso interno que dirige la acción hacia un fin. Guía a la acción. Sin motivación, no hay acción.

   La atención es la aplicación voluntaria de la actividad mental o de los sentidos a un determinado estímulo u objeto mental o sensible. Sin atención, no es posible el aprendizaje.

   Motivación y atención son pues dos elementos determinantes, relacionados entre sí, que debemos trabajar para que nuestros alumnos aprendan mejor.

Biología de la Motivación. El circuito cerebral del placer. Hacemos lo que nos gusta y satisface.

   El circuito cerebral del placer, también llamado mesocorticolímibico, está formado por un pequeño grupo de regiones cerebrales en las que se producen los niveles más altos de dopamina.07 marzo 2018 2 Este circuito se activa cuando recibimos estímulos que nos proporcionan placer, como comer chocolate, vamos de compras, practicamos sexo o realizamos alguna actividad placentera. Cuando una situación nos produce placer, estímulos asociados a esa actividad, provocarán que la conducta que nos produjo placer se repita. Por ejemplo, si tuvimos experiencias agradables de lectura cuando éramos pequeños, los libros no nos producirán rechazo, sino que nos sentiremos motivados para leer, ya que tuvimos experiencias positivas en el pasado. Cuando observamos en el entorno algo que nos incita a realizar alguna actividad concreta que en el pasado nos ha proporcionado placer o satisfacción, hay emociones que se mueven en nosotros y que nos empujan a desear realizar la acción. En este momento aparece la dopamina, de manera que ya nos podemos imaginar realizando la acción. Después de la fase de deseo, nos ponemos manos a la obra, queremos hacerlo realidad. Cuando pasamos a la acción, se ven involucradas las sustancias adrenalina y noradrenalina, que ponen al organismo en marcha, con el objetivo de estar preparados para actuar. Se recompensa la acción con una sensación de placer al finalizarla o mientras se realiza. Por último, una vez completada la acción, se cierra el circuito de recompensa cono una sensación de satisfacción. Cuando se ha llegado a este punto, aparece la serotonina, que está relacionada con nuestro estado de ánimo y con el deseo de volver a experimentar la sensación. Gracias a la satisfacción proporcionada, cuando aparezca una señal que active el deseo, el sujeto tenderá a repetir la acción.

Biología del hábito. El hábito, la rutina, ayuda a centrar la atención y se relaciona con la motivación.

   Nuestro cerebro es muy listo y ahorrador, trata de funcionar con rapidez y con el con el mínimo esfuerzo, Se pasa el día buscando atajos para hacer las tareas más rápida y eficazmente y ponerse a descansar cuanto antes. Para eso tiene una estrategia que se llamarutina. A base de repetir, la rutina nos permite aprender y eso deja huella en nuestra memoria. Tanta que algunos aprendizajes se convierten en un hábito y ante determinadas situaciones actuamos sin pensar de forma automática.

   Al nacer, nuestro cerebro no ha aprendido nada todavía, pero ya está sometido a la rutina biológicaciclo de sueño-vigilia, hambre… Esa rutina que le permite sobrevivir es también la que le permite aprender.

   Los aprendizajes iniciales –control de la postura, caminar, hablar, utilizar las manos– los hacemos por repetición hasta que nuestro cerebro los automatiza. Pensemos en el momento en que empezamos a caminar, primero tardamos todo un año en adquirir las habilidades necesarias –percibir, controlar la postura, coordinar distintas partes del cuerpo…–. Cuando conseguimos dar los primeros pasos teníamos todos nuestros sentidos y todo nuestro cuerpo concentrado en esa tarea tan difícil.

  Además el cerebro no puede parar de aprender y usa los conocimientos previos para añadir nuevos. Sobre los circuitos del control de movimiento, consolidados con la práctica repetida de caminar, “colocará” otras habilidades motoras: correr, bailar, trepar, saltar, tocar un instrumento, montar en bicicleta… Son cosas que ya no olvidaremos nunca, aprendizajes que serán difíciles de “borrar”.

   07 marzo 2018 3Con su brillante intuición, ya Ramón y Cajal propuso que el número y la fuerza con que se formaban las conexiones neuronales (sinapsis) eran la base física del aprendizaje.

“[…] el ejercicio mental suscita en las regiones cerebrales más solicitadas un mayor desarrollo del aparato protoplásmico (dendrítico) y del sistema de colaterales nerviosas. De esta suerte las asociaciones ya establecidas entre ciertos grupos de células se vigorizarían notablemente por medio de la multiplicación de las ramitas terminales de los apéndices protoplásmicos y de las colaterales nerviosas; pero, además, gracias a la neoformación de colaterales y de expansiones protoplásmicas, podrían establecerse conexiones intercelulares completamente nuevas.” –Santiago Ramón y Cajal (1894)

   Un hábito no es lo mismo que el aprendizaje de una tarea motora, es algo más complejo, Aunque la rutina de la repetición esté en la base de su aparición, entra aquí la motivación y los circuitos de la recompensa. Por eso la atención y la motivación están relacionados.

Motivados por un deseo, repetimos una y otra vez una conducta que nos trae una recompensa. Así, sin pensar y sin esfuerzo, creamos un hábito. Ese hábito nos permitirá centrar la atención.

Cómo incentivar la atención y la motivación en nuestros alumnos: Algunas pautas

Para motivar al aprendizaje:

  1. Realizar actividades fuera del aula. Cambiar de espacios, no impartir la clase siempre en el mismo sitio. Resulta motivador para los alumnos ir a la biblioteca, al gimnasio para realizar una actividad, realizar salidas, actividades extraescolares que puedan ser interesantes, etc. Si de ello hacemos una rutina (todos los miércoles a la biblioteca, cada quince días salida…) contribuiremos también a trabajar la atención.
  2. Valorar el esfuerzo. Como profesores debemos valorar no sólo los resultados, sino el proceso. El éxito, anima, el fracaso, desanima. Una valoración positiva de un trabajo por pequeño que sea, animará al alumno a repetirlo. El reconocimiento del éxito propio siempre resulta placentero y agradable. Como hemos visto, nuestra biología responde a ese principio de placer.
  3. Utilizar incentivos (recompensas). La psicología conductista basa el aprendizaje en el refuerzo positivo. Simplemente decir a un alumno: “bien hecho”, puede constituir un refuerzo. Ya sabemos que lo ideal es la motivación intrínseca, pero pensemos que estamos educando. Debemos crear en el alumno el gusto por el trabajo y el esfuerzo. Una vez adquiridos el hábito y la autoconfianza, ya no necesitará tanto de nuestros refuerzos.

Para mantener la atención:

  1. Establecer rutinas. Por ejemplo, que siempre al principio de la clase, cuando entre el profesor, todos saquen el libro y el cuaderno de la materia. Otra: Establecer un día fijo a la semana para ir al aula de informática, establecer pautas fijas de comportamiento en los exámenes, etc…
  2. Guiar el aprendizaje con preguntas. Este procedimiento motiva al estudiante, concentra su atención y le convierte en una especie de detective o investigador que busca en cualquier fuente de información posible la solución a los interrogantes que se le plantean. Es además un modo de enseñarle a trabajar y ganar autonomía para aprender, es decir, es también un modo de aumentar la capacidad del alumno para aprender por sí mismo en el futuro.
  3. Practicar frecuentemente el recuerdo de lo aprendido. El recuerdo, además de servir para evaluar lo aprendido, sirve también para seguir aprendiendo. El preguntar sobre la información recientemente aprendida contribuye a que lo aprendido pase de la memoria a corto plazo a la de largo plazo.

   Motivación y atención son dos caras de la misma moneda. Si estamos motivados por algo, centraremos la atención en ello. Las rutinas permiten ahorrar recursos cognitivos que se pueden emplear para hacer el aprendizaje más eficaz. Es labor nuestra como profesores incentivar ambos aspectos en nuestras clases con nuestros alumnos.

Siembra un pensamiento y cosecharás una acción
Siembra una acción y cosecharás un hábito;
Siembra un hábito y cosecharás un carácter;
Siembra un carácter y cosecharás un destino…

–Anónimo

IMÁGENES:

imagen 1. Factores de la motivación

http://www.efdeportes.com/efd17a/motiv.htm

imagen 2. Circuitos de recompensa

file:///C:/Users/usuario/Downloads/Dopamine-seratonin-es.svg

imagen 3. La atención

http://percepciondelserhumano.blogspot.com.es/p/la-atencion-es-un-proceso-de-la-mente_4.html

9 Mayo 2018 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION Y ACTIVIDAD FISICA.

NEUROEDUCACION Y ACTIVIDAD FISICA.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida

En clase tenemos muchos alumnos deportistas, juegan en equipos y entrenan varios días por semana. A medida que los chicos se hacen mayores, se reduce el número de los que juegan en equipos federados. Una de las razones es que les resulta difícil compaginar dos actividades cada vez más exigentes: deporte y estudios. Parece ser que damos más importancia a todo aquello que tenga que ver con lo intelectual: estudios, idiomas, música… y que lo relacionado con la actividad física es algo lúdico y en definitiva, menos importante. Pero dejando al margen los deportistas digamos “profesionales” y el debate sobre si apoyamos o no suficientemente a nuestros deportistas como sistema educativo, no cabe duda de que hay una relación entre chico o chica activo físicamente y chico o chica más sociable y con más habilidades sociales. También se da lo contrario, el perfil de alumno con problemas de socialización correlaciona bastante con el de alumno inactivo físicamente. Por otro lado, como docentes somos conocedores del incremento del ocio pasivo, sobre todo tecnológico, que en los últimos años, se está imponiendo entre los jóvenes. Cada vez son más los alumnos que pasan horas y horas con el móvil y el ordenador, los videojuegos, etc. Hacen menos deporte, hacen menos actividades al aire libre. Esa circunstancia empobrece también sus habilidades sociales y emocionales.

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05 enero 2018 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION Y HUMOR

 NEUROEDUCACIÓN Y HUMOR.

Autora: Virginia Allende del Río.

Un punto de partida: Nos gusta el humor.

    ¿A quién no le gusta la gente divertida, simpática y sonriente?. Crea un ambiente de “buen rollo” a su alrededor. Contagia su optimismo. Todos quieren estar con ella porque les hace reír y sentir bien. Los profesores tenemos alumnos que ponen pegas a todo y casi siempre están malhumorados, y alumnos que por el contrario parecen estar siempre de buen humor y permanecen sonrientes. Igual que a nosotros nos resulta más fácil comunicarnos con los segundos, también los alumnos se sienten más receptivos con los profesores que consiguen un ambiente relajado e incluso divertido en la clase. Del mismo modo, muchos políticos utilizan el sentido del humor para “caer bien” a los electores; en las bodas anglosajonas, los padrinos de los novios deben elaborar un discurso que tenga frases ingeniosas y chistes para relajar el ambiente y divertir a los invitados. Asimismo, preferimos comprar en los comercios donde nos tratan con amabilidad, simpatía y buen humor. La psicología social nos dice que las personas “nos contagiamos” las emociones. El humor, relacionado con la emoción básica “alegría” se contagia. Es una emoción positiva que hace que con la familia y en reuniones con los amigos nos sintamos relajados y felices.

   Como docentes podemos usar los beneficios del humor de dos maneras: En el trabajo, en las clases, podemos utilizar el humor para crear un ambiente emocional proclive al aprendizaje. Asimismo, también podemos utilizar el humor como recurso didáctico, usando o proponiendo en ocasiones, materiales o actividades que resulten divertidos a los alumnos.

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01 noviembre 2017 1
Neuroeducación

NEUROEDUCACION Y EMOCIONES.

 NEUROEDUCACIÓN Y EMOCIONES.

Autora: Virginia Allende del Río.

Hacia una cultura emocional

David fue un alumno brillante de Ingeniería informática, pero no es capaz de durar en ningún trabajo. Su mal carácter, mala relación con los compañeros y carencia de la habilidad de trabajar en equipo hacen que no le renueven los contratos.

   María no saca buenas notas, no le gusta estudiar, no se disciplina ni pone un horario. Pero eso sí, tiene un montón de amigos y vida social. Es simpática, no se mete en líos y cae bien a todo el mundo. Su sueño es ser peluquera.

   Miguel es un alumno inseguro que no se cree capaz de aprobar y sacar el curso. Su historial académico está repleto de suspensos y repeticiones de curso. Las clases le parecen aburridas y lo que se aprende en ellas no le parece útil para la vida. Le gustan la mecánica y la informática y a ello le gustaría dedicarse. Es un “manitas” que ayuda a su padre en su taller.

 

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