Autora: Esther Soria Aldavero.
No diré que caminar es pensar con los pies, pero más bien da pie a pensar; que transforma el pensamiento en pensamiento que toca el suelo, un pensamiento que se adhiere al paisaje que atraviesa, aquello que yo nombro “mente local” una actividad en que sujeto y territorio interactúan íntimamente. Estas palabras de Franco La Cecla bien nos hacen reconectar con esos paseos de verano que ahora debemos trasladar a otros preciosos entornos del resto de estaciones. La diversidad de las personas está tan ligada a los espacios, que incluso se puede valorar lo inclusivas y respetuosas que son algunas playas –como concepto social y organizativo- frente a otras. Y me encanta que también la Ventana de la utopía de Eduardo Galeano quede recogida en mi inspiración de este verano, mientras paseo entre una diversa, acogedora y respetuosa playa y localidad, reflexionando sobre cómo educación y nivel cultural no siempre se equiparan, y muchos entornos humildes podrían dar lecciones de lo primero.
La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.
La autora del recomendable libro Maestras Contemporáneas, Gloria Jové Monclús, @gloriajove, no se aleja. Cercana como profesora en la Facultad de Educación, Psicología y Trabajo Social de la Universidad de Lérida, y cercana en los momentos más divertidos, reflexivos y encantadores de los Congresos de Educación Inclusiva en los que participa junto a @QuimBonastra, aportando un enriquecedor y original trabajo que acerca el arte contemporáneo al progreso de la comunidad educativa, visibilizando la experimentación como posibilidad de irrupción en la educación, optimizando las competencias pedagógicas mediante intervención de espacios comunitarios y variadas obras o realidades de arte.
Gloria propone, siguiendo el modelo de Sharp y Green, que los modelos concretados en la docencia se ven influidos más por los modelos que hemos tenido como alumnos y personas que por lo que podamos aprender durante la formación. Presenta un libro como relato autobiográfico sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje que en torno a esta filosofía continúan construyendo, y que comparten en espacios híbridos formativos. “Como equipo docente damos mucha importancia a la interrelación entre todas las experiencias, vivencias y conocimientos que tenemos como personas, a fin de que podamos interrelacionar procesos, crear puentes, crear relaciones, y que los integremos en nuestro ser. Y todo ello lo compartimos en los espacios híbridos, entendidos como encuentros entre diferentes miembros de la comunidad en formas más horizontales para dialogar, participar, conversar, escuchar, reflexionar y mejorar nuestra práctica profesional. En definitiva, son condiciones que permiten que todas podamos aprender y mejorar nuestro devenir en persona que quiere ser maestra en la sociedad del Siglo XXI”.
Una lectura sencilla, gráfica y de alta calidad e inspiración nos acerca ejemplos prácticos, como las rutinarias visitas a los museos que pueden disfrutar de un cambio para que no se haga realidad la frase de que “la primera visita de todos estos jóvenes es al mismo tiempo la última”. Ejemplos de Valeriano López, profesor y artista granadino con sus Elementos Ridiculares y el serio juego de las preposiciones; George Perec y sus Especies de Espacios, son una fundamentada y creativa coartada de elementos complementados que nos hacen, como mínimo, reflexionar en torno a, por ejemplo, el diseño de una metodología por encima de todo hasta una metodología para todos.
Nos sorprendió el recibimiento en la casa salmantina de Miguel de Unamuno, con la sentencia ERES UN CARDO, y nos encantó disfrutar en una reflexión compartida con estos dos ilusionados e ilusionantes formadores, mientras aprendíamos cuán variado puede llegar a ser el significado de un cardo, recordándonos mediante unas simples preguntas y tiempo para pensar, sonreír y mantener un cómodo silencio, que es nuestro problema o ignorancia no encontrar la parte positiva de lo que la tradición, comodidad o prejuicios presentan como nada apetecible. Una vez más, emoción y diversidad se dejan ver juntas y bien avenidas.
Gloria explica en su libro que en 2010 Thilo Folkerts, arquitecto paisajista, profesor, escritor y jardinero, junto con Rodney La Tourelle, escritora y diseñadora formada en arquitectura del paisaje, crearon Le jardín de la Connaissance, una instalación con 40.000 libros en medio del bosque, que supuso para el Jardín de Métis, en la región del Quebec, una interacción de los libros con el bosque, consiguiendo que una variedad de microambientes apareciesen entre medias de las hojas de papel y las cubiertas: setas, plantas, animales. Cuando el libro entra en interacción con la naturaleza recobra la vida. Metafóricamente, las imágenes de esta instalación eran muy potentes para repensar el papel de los libros, los libros de texto y su uso en las clases. Esta metodología de trabajo que muestran con este y otros interesantes ejemplos muestra cómo el interdiálogo entre arte, cultura, natura y educación permite crear unas condiciones donde el curriculum escolar deviene en un mediador para tomar conciencia de las formas de vida individual y comunitaria a fin de mejorar en lo humano.
Hablar de la mirada inclusiva desde el cardo, de mundo infraordinario, de libriculum y ridiculum, de secuela educativa y de peda-gogó, es en mi opinión un juego de excelencia. La educación emocional y la pedagogía, vividas y reflexionadas en el medio, son más divertidas, naturales y probables de innovar y consolidar, no tienen que ser “educadas” o “enseñadas”, sino construidas de forma reflexiva. Y esta es una forma humorística pero seria de trabajarlas, mediante una transgresión controlada, respetable y conectada a evidencias científicas, “soltando viejos hábitos y transformándolos en nuevos modos de existencia, nuevos preceptos y nuevos afectos, y este movimiento queda muy interrelacionado con la deconstrucción de todo aquello que observamos, que pensamos, que damos como verdades inamovibles, y de ahí el potencial creativo, ético y político de este proceso, que permitirá la transgresión con el poder y con el conocimiento, en la búsqueda constante de líneas de fuga que nos lo permitan”. Gloria nos presenta los ejemplos de su entorno, pero nos ayuda a visualizar que cualquier elemento, reflexionado y preparado, es adecuado para conseguir esta interrelación entre arte y educación, creando aprendizajes a través de espacios híbridos artístico-educativos que optimicen la práctica cotidiana e inclusiva, también de pensamiento, emociones y creatividad.
Estamos todos invitados a leer, proyectar y lograr hacer realidad estas posibles utopías en pasos, que concretados en nuestro entorno, sean pasos inclusivos, emocionales y de progreso educativo práctico. Estemos atentos a lo infraordinario o infracotidiano referenciado por George Perec, a aquello que pasa cuando creemos que no pasa nada, a esos pequeños detalles que conforman la vida cotidiana, porque sin duda, y como ya nos adelantó Antonio Machado, “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
Imágenes:
- Propias de la autora, y autorizadas por @gloriajove y @QuimBonastra.
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