Autora: Esther Soria Aldavero.
Un barrio de Alicante que invita a reflexionar a través de bonitos y duros escritos en sus paredes. Buenas compañías que hacen pensar en la soledad. En lo necesario que es para todos experimentarla, tolerarla, incluso disfrutarla, pero en lo necesario que es hacer algo para que aquellos que no la buscan, que no la quieren, también disfruten o la toleren.
Cuando hablamos de soledad se tiende a pensar en su sentido negativo y en personas mayores, pero muchas investigaciones recientes incluyen a los adolescentes como uno de los colectivos que sienten mayor soledad. Las amplias posibilidades de comunicación virtual y actividades en las que participan acompañados no debe consolarnos, pues lo preocupante es que los problemas detectados están influidos en mayor medida por factores subjetivos que por la situación real. Es decir, que un joven con una gran red familiar y social -presencial o virtual- puede sentirse más solo que un menor que vive en el medio rural sin prácticamente iguales con los que interaccionar. Lo importante es el concepto de soledad percibida, y en ese proceso silencioso que implica sufrimiento arrancan posibles conductas patológicas, a cualquier edad, de consumo de sustancias tóxicas, adicción a juegos o problemas sociales, psicológicos y psiquiátricos, entre otros, que tras un conflicto no entendemos “cómo no pudimos ver antes”.
Desconozco quién escribió en esa pared de Alicante, pero incluye todos los factores a tener en cuenta. El asombro que a veces sentimos, porque nuestro frenético ritmo diario nos impidió saber que alguien se sentía tan solo. La cantidad de personas y alumnos que pasan desapercibidos, y que también necesitan miradas, tiempo específico de atención, conversación y afecto aunque no sean populares, expresivos o conflictivos. La cantidad de personas que necesitan estimulación y experiencias positivas, para que les “pase algo” sin que busquen o acepten experiencias emocionantes -pero de riesgo- en las que de verdad les puede “pasar algo”.
Los programas intergeneracionales son una medida extraordinaria para que las diferentes personas de una comunidad como mínimo se conozcan, interaccionen y elijan después de una actividad compartida cómo relacionarse. Centros y familias trabajamos para que los alumnos generalicen los aprendizajes escolares de forma competente y práctica, y se relacionen positivamente en una comunidad… ¿por qué no guiarles más en este proceso de convivencia, y emplear como recursos humanos a personas de otras edades que tanto pueden aportar y recibir, experimentando los aprendizajes colaborativos en un entorno de valores emocionales y sociales positivos?
Un resumen de la filosofía de los programas intergeneracionales puede verse en el vídeo Mejor Juntos, del premiado proyecto de labor social de Caja Sol, IMSERSO y Universidad de Granada. En Castilla y León también son muchos los centros educativos que llevan años poniendo en marcha actividades intergeneracionales puntuales, y en la provincia de Soria se progresa e innova en la generalización de estas actividades de una forma más sistemática, más respaldada por las instituciones, más integrada en la didáctica de cada materia a lo largo del curso, incrementando la convivencia positiva en relación a contenidos que los alumnos aprenden y enseñan, implicando a familias, alumnos de diferentes edades y recursos y agentes sociales de cada localidad, contando con el apoyo y coordinación que el Departamento de Servicios Sociales de la Diputación Provincial de Soria y el Área de Programas de la Dirección Provincial de Educación de Soria de la Junta de Castilla y León mantienen. Se ha constatado lo positivo de unir esfuerzos e inquietudes entre diferentes instituciones de una provincia con alta tasa de personas mayores, para crear localidades más vinculadas emocionalmente, más inclusivas, más felices, donde diferentes grupos generacionales aprenden y disfrutan conviviendo. Unas introductorias charlas de presentación/formación/motivación a profesores, familias de alumnos, profesionales, usuarios y familiares de las residencias y recursos sociales, fueron suficientes para poner en contacto a los diferentes colectivos, que después se han implicado y sacado adelante este bonito programa, que exige un esfuerzo de coordinación y preparación de actividades, y demuestra una vez más la implicación de los docentes por buscar el bienestar de los alumnos “complicando” un poco más sus tareas didácticas en relación a las asignaturas.
Y merece la pena. Cuestiones de espacio limitan la descripción de actividades y fotos, que podrán ver en https://www.facebook.com/Soriaeducaintergeneracional-471983533166077/ Sirva de ejemplo la interesante redacción de valoración que los alumnos del IESO Villa del Moncayo, de la localidad de Ólvega, escribieron tras una actividad con miembros de la Asociación de la Tercera Edad “Los Mártires”. El colegio de esta localidad también ha participado de actividades intergeneracionales, asegurando la continuidad entre etapas educativas. En Secundaria, los alumnos han preparado en Historia charlas didácticas para los mayores sobre ciudades con pasado romano (objetivo didáctico de enseñar a otros lo aprendido). En la asignatura de Latín, comentar experiencias en torno a “La matanza del cerdo”, “La nieve”, “El baile” y “La presencia del latín en los ritos litúrgicos cristianos”, y conocer refranes que dan paso a ejes temáticos, puede complementarse con una sencilla charla de historia de vida donde los alumnos valoran conocer “una vida tan difícil y a la vez sencilla”, mientras aprenden valores de igualdad de género, perseverancia y superación de dificultades, tradiciones, valores, humor y formas de “ligar” en anteriores momentos de nuestra historia, conectando intereses didácticos y personales, y demostrando que lo que nos une es mucho más que lo que separa.
Los programas intergeneracionales abarcan todas las etapas y posibilidades, como las que en este curso han aprovechado las alumnas del Ciclo Formativo de FP de Atención a Personas en Situación de Dependencia del IES Antonio Machado de Soria, aprendiendo en colaboración con la Residencia de ancianos El Parque. Estudiantes pero futuras profesionales conociendo y aprendiendo en el entorno real.
Los centros educativos de San Esteban de Gormaz desarrollan su proyecto de aprendizaje colaborativo “El camino de San Esteban”. Esta interesante iniciativa de difusión de elementos culturales de la comunidad mediante el aprendizaje y vínculo emocional desarrollado entre los miembros de la comunidad educativa, incluye una exitosa actividad intergeneracional denominada “Un paseo por la historia de nuestros oficios”. El CEIP Virgen del Rivero recibió a los alumnos del Centro de Educación de Personas Adultas Doña Jimena, desarrollando varias actividades paralelas que entusiasmaron a niños y mayores. Los alumnos de infantil disfrutaron del aprendizaje con un taller de abalorios, impartido por personal de la residencia de ancianos de la localidad y alumnos de la escuela de adultos. En Primaria, las alumnas de los estudios adultos de Conocimientos Básicos impartieron un taller de lana, donde alumnos y profesores pudieron conocer cómo se confeccionaban antiguamente prendas y tapices, conociendo y comentando herramientas que utilizaban, como la rueca para hilar y el proceso de cardar la lana. Educación instrumental para la igualdad en una divertida actividad antes generalmente reservada a las mujeres. En otras clases, las mesas se convirtieron en talleres de panadería, donde una experimentada guía del Molino de los Ojos ilustró a los alumnos sobre cómo hacer pan, dando además un toque numantino que personalizara el resultado. También madres de alumnos procedentes de Marruecos, alumnas del Taller de Alfabetización de Adultos, aportaron su conocimiento comparativo entre ingredientes y forma de hacer pan en diferentes países.
Las localidades de Almazán y Arcos de Jalón han sido parte de esta excelente implicación y progreso en comunidad intergeneracional. Que todos los centros educativos de una localidad participen en coordinación, realizando actividades conjuntas como la que en Almazán colegios e IES celebraron el 8 de marzo con un espectáculo de poesía para el día de la mujer, ofrecido a todo el pueblo, asegura la continuidad y coherencia de las actuaciones y que intergeneracional sea eso, aprendizaje unido entre todas las personas y edades de una comunidad. Talleres de cocina, informática, lectura de prensa, sustancias tóxicas y experiencias de mayores que tuvieron que emigrar, son algunas de las actividades desarrolladas en esta localidad.
El IES Gaya Nuño representó a la Junta de Castilla y León en el I Congreso Estatal de Convivencia Escolar, difundiendo sus buenas prácticas de convivencia, entre las que destacan su grupo de teatro, radio escolar, actividades de educación emocional, medidas de tutoría de profesores que no imparten clase a alumnos con escaso aprovechamiento escolar, y estancia temporal de alumnos con mal comportamiento en clases de cursos superiores adquiriendo modelado y modelaje de comportamiento positivo en el aula por parte de iguales. Destaca además su nueva práctica intergeneracional de medidas alternativas a la expulsión, en la que los alumnos amonestados y/o absentistas diseñan en el aula actividades didácticas que aplican con mayores voluntarios de la residencia de ancianos, buscando una consecuencia de aprendizaje provechoso y educativo. Por ejemplo, ante una agresión en una red social (ciberbullying), ese alumno deberá investigar y preparar un taller de informática y redes sociales para explicárselo a personas mayores colaboradoras, reflexionando sobre la experiencia y uso responsable de los medios de comunicación.
Este aprendizaje-servicio trabaja valores de los que algunos alumnos carecen, promoviendo una convivencia positiva y esa sensación de pertenencia que como hemos comentado algunos jóvenes necesitan. En muchos casos, los problemas de comportamiento se relacionan con una alta percepción de soledad. Sentirse parte del IES puede vincular al centro y prevenir el absentismo, incluso minimizar o eliminar en algunos casos los problemas de convivencia. Seguramente, compartir un paseo con mayores en horario escolar hace que un casual encuentro en la calle en el tiempo libre ya no sea solo pasar al lado, sino saludar como mínimo, y compartir mobiliario y espacios con más respeto y cariño. Por lo menos habremos conseguido que a los jóvenes y mayores algo les pase, y les conozcan…positivamente, en la calle y en su plaza.
Imagenes:
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