Autora: Mª Carmen Martínez Magaña.
El curso escolar llega a su fin.
Es hora de mirar atrás y recordar con una sonrisa todo lo conseguido hasta el momento, pero hemos de prepararnos para disfrutar del merecido descanso y disfrutar de la oportunidad que ofrece este periodo vacacional.
Encontramos un buen momento para practicar actividades que fomenten el aprendizaje no formal contribuyendo al desarrollo físico, social, intelectual y emocional del alumno.
Estas actividades vacacionales permiten al alumno iniciar el próximo curso con fuerza y con éxito y en función de cómo se planteen, pueden llegar a influir en los resultados del mismo. Pero, ¿Cómo aprender y disfrutar en vacaciones? A continuación, se ofrecen una serie de consejos para sacar el máximo partido a este periodo que se acerca.
- Realizar una valoración realista del curso que acaba de finalizar. Pensar en aquellas fortalezas y debilidades que han influido a lo largo del mismo y tenerlas en cuenta para el siguiente.
- Establecer pequeñas rutinas durante la semana para trabajar y repasar lo aprendido durante el curso. No consiste en sentarse delante de una silla y no levantar la cabeza sino establecer pequeños momentos de trabajo donde fomentar el trabajo de atención, creatividad y utilización de los contenidos.
- No es recomendable una desconexión total del trabajo ni físico ni mental pero tampoco es necesario una sobresaturación. Es importante tener momentos para todo, incluso, para aprender a aburrirse.
- Es vital que los niños conozcan que tienen un horario para la realización de las actividades, que debe ser flexible y tener cierta continuidad durante todo el periodo vacacional. Se pueden utilizar las horas de menor calor para aquellas tareas que más esfuerzo mental requieran, pero que a su vez el niño no lo interprete como el horario de clases al que está acostumbrado durante el curso escolar.
- Una de las mejores actividades a realizar en las horas muertas de verano es leer las lecturas recomendadas por sus profesores, así como cualquier otra lectura que resulte atractiva para el alumno y adecuada a su edad, ya sean cómics, revistas, etc. siempre y cuando estas no compitan con recursos menos exigentes intelectualmente como el uso de videoconsolas, el televisor, teléfonos, etc.
- El uso de juegos de estrategia y actividades que trabajen la lógica matemática (ajedrez, sudokus, cubo de Rubick, Rummy, mastermind, etc.) suponen una oportunidad para trabajar procesos cognitivos básicos de una manera más distendida, manipulativas e, incluso, en familia.
- El verano es un periodo idóneo para la realización de actividades físicas y deportivas que obliguen a los niños a ejercitar sus cuerpos y, a su vez, la actividad cerebral. No existe un deporte indicado para todos los niños pero sí es recomendable incluir rutinas deportivas entre su plan de trabajo para evitar el sedentarismo y huir de actividades más pasivas.
- Es recomendable que se planifique alguna actividad en familia semanal, atractiva y, sobre todo, diferente a las actividades que se realizan habitualmente, ya sea visitar un museo, realizar una ruta a pie en un entorno natural, asistir a un concierto al aire libre, ir al cine de verano o, entre otras, ir a un parque acuático.
- Así mismo y en función de la edad de su hijo, es recomendable que durante el verano el niño pueda participar, junto con el resto de componentes de la familia, en las tareas de casa, haciéndole sentir útil en la vida familiar. Esto influye en su progresiva autonomía, en la toma de decisiones y en la resolución eficaz de conflictos y problemas.
Aplicando todos estos consejos de forma coherente y siendo lo más flexibles posible, recordando la vital importancia de compartir y disfrutar del tiempo en familia esperamos que el próximo curso llegue cargado de renovadas fuerzas e ilusiones.
Autora: Mª del Carmen Martínez Magaña
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