AUTOR: Roberto Alonso Tajadura.
Las franquicias constituyen en la actualidad la forma de emprendimiento empresarial más extendida en los mercados. Al mismo tiempo, implican, para muchas empresas, una alternativa adicional de expansión diferente a la que ofrecen las estrategias de crecimiento interno o financiero.
Por definición, la franquicia es el contrato por el que una empresa, que recibe el nombre de franquiciador, cede la explotación de su marca a otra, el franquiciado, que se beneficia, para el inicio y despegue de su negocio, del prestigio, el asesoramiento y la publicidad del primero. No obstante, y como contrapartida, el franquiciado debe asumir una serie de obligaciones contractuales que, en principio, no debieran superar a las ventajas que ofrece esta fórmula mercantil.
Evidentemente, para que se firme el contrato, el franquiciado debe cumplir con las condiciones que contemple el franquiciado en términos de viabilidad económica, localización y superficie de los locales, etc.
En relación con las ventajas que ofrece la franquicia a un emprendedor, podemos destacar que:
- favorece el reconocimiento de su negocio en el mercado, al servirse de una marca de confianza para el consumidor que reduce considerablemente el riesgo empresarial en un momento en que la vulnerabilidad es mayor.
- proporciona una imagen corporativa de pertenencia consolidada con la adopción de suministros, servicios operativos y sistemas comerciales comunes, y la aceptación de los logotipos e identidades que definen al franquiciador.
- presta formación continua y asesoramiento técnico y comercial derivado del know how y la experiencia acumulada por la empresa franquiciadora.
- permite el aprovechamiento de las campañas de marketing diseñadas y cubiertas por el franquiciador para todos sus franquiciados.
- facilita garantías que posibilitan la concesión de ayudas financieras e inversoras en el negocio.
Por el contrario, entre los inconvenientes que debe afrontar el emprendedor cuando contrae una franquicia podemos señalar que:
- se asumen costes económicos adicionales, derivados del pago de un canon de entrada y unos royalties periódicos, los cuales, por supuesto, no se contemplan en el caso de un negocio libre.
- se limita la capacidad operativa del negocio como consecuencia del compromiso adquirido de comercializar o elaborar los productos de la marca franquiciada.
- se pierde independencia en la gestión y explotación del negocio, al quedar éste supeditado, en mayor o menor medida, a las políticas y estrategias establecidas por el franquiciador.