Autor: Bruno Marcos Carcedo.
Los museos y centros de arte contemporáneo muestran cada vez un acercamiento mayor a los temas de hoy y a los intereses sociales. No en vano los movimientos artísticos de los años setenta, en los que hunden sus raíces las prácticas actuales, fueron pioneros al introducir en la esfera pública temas como la ecología, el pacifismo, el feminismo, la tolerancia, los derechos civiles, etc.
En el presente existe un buen repertorio de cuestiones pendientes y nuevos retos sociales que están continuamente en la agenda social y escolar al mismo tiempo que son tema de exposiciones. En la educación formal se han tratado bajo la denominación de «formación en valores», antes conocidos como «temas transversales», que debían recorrer todas las materias. Las programaciones de los centros de arte también articulan una buena parte de sus exposiciones y actividades en torno a ellos. De ahí que la presencia del museo en el diseño de las programaciones de los centros educativos parezca muy pertinente.
El museo puede tener un gran valor didáctico, no sólo como ampliación o ilustración de contenidos específicos de los aprendizajes concretos de cada área sino también como dispositivo regulador y crítico de la iconosfera, el mundo de las imágenes donde estas urgencias sociales tienen su propia iconografía y en la que circulan constantemente.
Transformar las imágenes es transformar el mundo. A veces basta con que lo que no es visible se ponga en el prestigioso lugar del museo para que tome relevancia o se localicen problemas no percibidos. Así mismo el pensamiento creativo de los artistas proporciona puntos de vista fuera de los tópicos.
Es por tanto una buena estrategia aprender a abordar la realidad y sus encrucijadas con las metodologías puestas sobre la mesa en el espacio simbólico del arte contemporáneo. Hacer coincidir la agenda social y la escolar en el terreno de la creatividad del arte contemporáneo daría pie a una confluencia productora de más fuerza que la suma de ambas, una sinergia educativa y social.
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El artista chino Ai Weiwei realizó esta obra (IMAGEN), ‘La ley del viaje’, en La Galería Nacional de Praga en 2017, centrándose en el tema de actualidad de los refugiados.
Se trata de una gigantesca patera de 70 metros suspendida en el aire y 258 figuras hinchables.
«No hay crisis de refugiados, sólo crisis humana… al tratar con los refugiados hemos perdido nuestros valores más básicos” (Ai Weiwei)
VÍDEO